Los procesos de las empresas de hoy en día se desarrollan en un entorno complejo de cientos de sistemas empresariales (algunos con 30 años de antigüedad, o más), múltiples fuentes de datos y cambios constantes. Este complejo entorno crea problemas ocultos incluso en las mejores empresas, y la combinación de estos factores crea un entorno de ineficiencias ocultas dentro de cada empresa.
Las tecnologías anticuadas y complejas, así como la urgencia en la acogida de estas nuevas tecnologías, que podrían no ser las más adecuadas, dejan en evidencia la falta de preparación y prevención de las empresas del sector bancario. En la inmensa mayoría, aún no existe un plan o estrategia con visión de futuro que permita valorar qué es lo que hay que digitalizar y transformar, así como tampoco se observa una intención de análisis para determinar si los avances que se están haciendo dentro de la compañía funcionan realmente.
En este punto de incertidumbre hacia una transformación digital completa dentro del sector de la banca y las finanzas es donde la minería de procesos ofrece una oportunidad. Esta tecnología encuentra y soluciona los problemas de proceso ocultos que los bancos e instituciones financieras no pueden ver, permitiéndoles alcanzar niveles de rendimiento que nunca creyeron posibles, proporcionando los datos y la información que los directivos necesitan para eliminar retrasos y demoras en sus operaciones. En este sentido, la capacidad de identificar lagunas en los procesos que afectan a los clientes y a sus necesidades es el primer paso para hacer que las empresas del sector financiero sean más eficientes y resistentes.
La minería de procesos también facilita hacer frente a los problemas relacionados con la cadena de suministro y a su consecuente interrupción del negocio, así como a los retos que presenta actualmente la inflación. Al conocer a fondo los procesos, las empresas pueden comprender el impacto de la inflación al más alto nivel, identificar las oportunidades de reducción de costes más significativas y eliminar las ineficiencias, algo que lleva mucho tiempo y es difícil de realizar a gran escala.
Sólo optimizando los procesos -mostrando y arreglando los procesos, especialmente aquellos en los que hay ineficiencias ocultas- las empresas podrán superar el impacto de los retos macroeconómicos.
En este sentido, la minería de procesos y el Execution Management ayudan a los bancos a identificar los "puntos débiles" en el procesamiento de los pagos, en el que se realizan intervenciones manuales innecesarias. Por ejemplo, la minería de procesos agrupa los casos que están relacionados que se dirigen a varios agentes, en lugar de sólo dirigirlo a un agente o equipo. De esta manera se reduce el volumen total de casos, liberando el tiempo de los empleados y reduciendo los costes. Incluso en productos de gran volumen, como el comercio de divisas, la minería de procesos puede mapear los procesos de forma automática y continua. Los bancos que utilizan esta tecnología son capaces de procesar las solicitudes de préstamo de manera más rápida, así como de reducir el tiempo de espera en el proceso de venta al por menor a seis meses.
Tal y como apunta un informe de McKinsey, después de dos años de experimentar los servicios "digital-first", los consumidores exigen ahora un servicio fiable y una resolución rápida de los problemas. La minería de procesos y el Execution Management permiten a las empresas evaluar continuamente y en tiempo real la respuesta de los clientes, eliminar las ineficiencias y tomar medidas de mejora para los usuarios. Ofrecer una buena experiencia al cliente es un imperativo empresarial y la minería de procesos ayuda a proporcionar servicios de mayor calidad.