Básicamente, la baja rentabilidad que ofrecen los depósitos en estos momentos proviene de unos bajos tipos de interés a nivel global. Por tanto, aunque puedan llegarnos ecos de unos cantos de sirena sobre retornos un 40% superiores a los que ofrecen los depósitos nacionales, seguirán siendo poco atractivos.
“Dicho de otro modo, tanto en la zona euro como fuera de ella, será complicado encontrar un depósito que nos dé más allá de un 2% en Europa y además, si acudimos al Reino Unido, fuera de la zona euro, no serán comparables a los depósitos en España. Y es que estaremos expuestos a un tipo de riesgo adicional, el riesgo divisa”.
El mejor ejemplo ha sido la evolución a la baja de las rentabilidades en los depósitos de las sucursales extranjeras en España o de entidades pequeñas españolas con necesidades de liquidez del tipo Pichincha, BES, ICBC, etc. Sí, son más rentables que los depósitos tradicionales españoles, pero no van tampoco más allá del 2%. Para obtener depósitos de mayor rentabilidad hay que contratar productos extranjeros vía internet y dejarlos allí 60 meses, por ejemplo.
Además, el Fondo de Garantía de Depósitos que cubre hasta 100.000 euros en depósitos por persona y entidad en caso de quiebra sólo se aplica en la Unión Europea. En EE.UU., por ejemplo son 250.000 dólares.
Los analistas de asesora.com explican que “si buscamos rentabilidades de un 2% – 3%, no es necesario recurrir a un depósito a plazo fijo fuera de España que conlleva apertura de cuenta en el extranjero, asegurarse de las comisiones que nos van a repercutir… Tenemos alternativas tanto en renta fija, como en fondos defensivos de muy baja volatilidad que consiguen retornos consistentes entre el 2% y el 3% con la ventaja de la liquidez. De este modo, si las condiciones del mercado cambian, usted puede reembolsar su fondo o traspasarlo a cualquier otro que considere más conveniente con sus necesidades y la situación del mercado”.
Por otro lado, añade otro de los expertos de asesora, “sólamente resultaría interesante en el caso de que fuese una cantidad importante de dinero. (más de 1 millón de euros). Con cantidades pequeñas, entre los costes de transacción y las dificultades legales para abrir cuenta en una entidad extranjera no resultaría rentable”.