Este lunes, NVIDIA ha perdido 589 mil millones de dólares en capitalización bursátil. Es decir, la mayor caída de toda la historia. Pero tampoco pasa nada, el mundo sigue. Y es que, esta historia ya la hemos vivido. Quizá no de forma tan virulenta, pero sí la cantinela de fondo. Ahora bien, estas cifras son espeluznantes. Estamos hablando de que, de un día para otro, el IBEX desaparecería. Sí, el IBEX entero, con Santander, Telefónica, Inditex, BBVA… todo entero. O el PIB de Polonia, o el doble del PIB chileno, o el FTSE MIB (Italia), o el Bovespa brasileño… En fin, creo que se entiende.

Fuente: Carlos Arenas Laorga

Su posición como proveedor indispensable para la inteligencia artificial la llevó a conquistar el trono de los mercados, pero, como dice el refrán, “cuanto más alto subes, más dura es la caída”. Y vaya si ha caído. Lo que parecía un camino pavimentado con oro hacia el futuro se ha topado con un obstáculo inesperado: una startup china llamada DeepSeek, que ha llegado con una calculadora en la mano para demostrar que “menos es más”. O eso dicen. Ya veremos.

Fuente: Carlos Arenas Laorga

El David que mató a Goliat es una de las metáforas que podríamos utilizar para describir este evento. Aunque es prematuro hablar de muerte de nadie. Habrá que ver qué es lo que ha pasado realmente poco a poco. Este es el equivalente del modelo R1 de DeepSeek, entrenado con apenas 6 millones de dólares, frente a los gigantescos presupuestos de OpenAI y otros grandes jugadores tecnológicos. Con un coste operativo un 93% menor y resultados igualmente competitivos, el mensaje está claro: la innovación ya no se mide solo en dólares.

Lo más curioso es cómo DeepSeek se ha adaptado a las restricciones impuestas por Estados Unidos a la exportación de semiconductores a China. Mientras los desarrolladores chinos no podían acceder a los chips más avanzados, aprovecharon su capacidad de cómputo para crear un modelo más eficiente. Es como si, al no poder comprar los mejores ingredientes para un pastel, hubieran creado una receta completamente nueva con los restos de la despensa. 

Con la aparición de DeepSeek, el mercado se ha preguntado: “si pueden hacer esto con tan poco, ¿por qué necesitamos gastar tanto?”. Como resultado, NVIDIA vio evaporarse 589 mil millones de dólares en capitalización de mercado, una pérdida digna de los récords Guinness. Este cambio no es solo una anécdota tecnológica; representa un ajuste brutal de expectativas en un sector que parecía invencible. Y no es que los chips de NVIDIA hayan dejado de ser esenciales, sino que el paradigma ha cambiado: ya no se trata solo de más potencia, sino de cómo optimizar lo que ya se tiene. En otras palabras, ¿quién quiere seguir pagando por un Ferrari si un Panda puede hacer el trabajo por la mitad del precio y con el doble de eficiencia?

Aquí entra en escena también la paradoja de Jevons, un concepto tan desconcertante como fascinante que mi veta docente no puede dejar de mencionar. Aunque los modelos eficientes como el R1 podrían reducir la demanda de GPUs y energía a corto plazo, su uso masivo podría acabar incrementando la demanda agregada. Es como cuando inventaron las bombillas de bajo consumo: al ser más baratas, la gente empezó a usarlas en todas partes, y el ahorro total no fue tan grande. ¿Ocurrirá lo mismo con los semiconductores y la IA?

Aquí es donde los inversores deben detenerse, respirar y recordar las reglas básicas. Aunque estamos hartos de leerlo, nunca es suficiente.  

1.    No pongas todos los huevos en la misma cesta: si tu cartera está cargada de acciones tecnológicas, tal vez sea hora de diversificar hacia sectores más defensivos. Una pena que hayas tenido este susto para hacer caso de esta máxima, pero más vale tarde que nunca. La historia nos muestra que, aunque las tecnológicas prometen grandes subidas, también son las que sufren caídas más pronunciadas cuando las cosas se complican. Y es archisabido que nadie tiene la bola de cristal. Ni siquiera esta empresa china es el futuro. ¿Será verdad todo lo que nos dice? ¿Vendrá la semana que viene una surcoreana con algo mejor? 
2.    Recuerda que la bolsa no es un casino: la tentación de hacer market timing puede ser grande, pero quedarse fuera del mercado en días clave puede costar caro. Los datos demuestran que las mayores subidas suelen ocurrir después de las caídas más pronunciadas.
3.    Cuidado con los “enamoramientos”: es fácil caer en la trampa de idolatrar a un activo como NVIDIA, pero las emociones no deben dictar nuestras decisiones de inversión. Un análisis objetivo, basado en fundamentos, es crucial para evitar sorpresas desagradables.

A pesar del golpe, no todo está perdido para NVIDIA. Su papel como proveedor esencial para la IA sigue siendo relevante, y la creciente adopción de la IA podría equilibrar la balanza a largo plazo. Sin embargo, este episodio nos recuerda que incluso los gigantes no son invulnerables y que la innovación puede venir de los lugares más inesperados.

La disrupción generada por DeepSeek no solo reconfigura el panorama tecnológico, sino que también ofrece una lección para los mercados: en un mundo donde la eficiencia y la optimización son cada vez más valoradas, las soluciones más costosas no siempre son las mejores. Como inversores, nos toca estar atentos, diversificar nuestras carteras y no perder de vista las oportunidades que pueden surgir en momentos de caos.

Y, sobre todo, no olvidemos que el mercado es como un adolescente caprichoso: a veces actúa de manera irracional, pero hay una lógica detrás de su comportamiento, por muy difícil que sea verla al principio. ¿Habremos sobre reaccionado? ¿Habrá mayores caídas? Ya veremos…