Luis Martín Cabiedes formó parte de la primera hornada que invirtió en Internet, algo que atribuye a la “suerte” de haber estado expuesto a los medios de comunicación. “Asistimos muy temprano y en nuestra propia carne la revolución que suponía Internet para nuestra industria”, lo que, asegura, les sirvió para adoptar una postura más valiente, posicionándose en proyectos como “Olé” o “MyAlert”.
Pese a su amplia experiencia, no esconde su afán de seguir ligado al mundo de la enseñanza, ya sea aprendiendo o impartiendo conocimiento. Sus alumnos, admite, han dejado mucha huella en él. “Cada año me tengo que obligar a poner al día mis conocimientos, a actualizarlos y ver si son relevantes”. De hecho, algunas de sus más de 150 inversiones han ido destinadas a proyectos de sus alumnos.
Su estrategia de inversión, señala, pese a no tener cambios radicales, es muy firme y evoluciona de manera gradual. “Nuestra estrategia siempre ha sido muy prudente”, afirma, a pesar de que reconoce que ello les ha llevado a perder algunas buenas oportunidades. Sin embargo, apunta que es necesario ser flexible, ya que “la inversión es un arte y un oficio, y puedes tener tus reglas pero tienes que estar dispuesto a saltártelas siempre”. A su vez, cree que el buen inversor entrena sus capacidades para saber reconocer cuándo apostar por un proyecto y cuándo no hacerlo, que pueda evitar lo que él llama las “inversiones de consenso”, con carteras muy similares e inversiones ”flojas”.
Cabiedes califica como “espectacular” la nueva ola de la Inteligencia Artificial, aunque para él la más chocante fue la de Internet. “Lo de que cualquier ordenador tuviera todos los contenidos del mundo a su alcance es lo más brutal que ha pasado”. Define la IA como un desarrollo natural del software, que además ha dado un salto cuantitativo, pero más como tecnología que como oportunidad de inversión. “Es una revolución tecnológica enorme, pero como oportunidad de inversión me deja un poco más frío”. Aún así, se encuentra expectante ante la evolución que pueda experimentar.