La Inteligencia Artificial ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en fenómeno global que transforma integralmente diversos sectores de la economía. Desde la optimización de procesos industriales hasta la personalización del marketing, la IA ha repercutido cada eslabón visible e invisible. Un cambio de panorama que no solo redefine al ecosistema empresarial tal y como lo conocemos, sino que también está brindando oportunidades únicas sin precedentes para aquellos inversores que buscan oportunidades más allá de las actividades más tradicionales y alinearse con la innovación y el crecimiento sostenible.
Según el AI Index Report 2024 de la Universidad de Stanford, la IA ya ha superado al rendimiento humano en tareas como la clasificación de imágenes y el razonamiento visual, aunque aún enfrenta desafíos en áreas más complejas. Este notable progreso tecnológico ha venido acompañado de un interés creciente de los mercados financieros, que identifican la IA como una de las palancas de crecimiento más relevantes de las próximas décadas y una clara oportunidad a futuro. Unas llamativas proyecciones de mercado reflejadas en un reciente informe de Bloomberg, que estima que el mercado de la IA generativa alcanzará un volumen de actividad cercano a los 1,3 billones de dólares para 2032, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 42%.
Este ritmo vertiginoso de crecimiento está impulsado por tres factores clave: el aumento de la demanda empresarial de soluciones avanzadas, los avances tecnológicos que abaratan los costes y los cambios en el comportamiento de los consumidores, cada vez más inclinados a interactuar con tecnologías basadas en IA.
En este contexto, las empresas líderes en IA están acaparando el interés inversor. Fuera de nuestras fronteras, empresas estadounidenses como OpenAI, respaldada por una inversión de 10.000 millones de dólares de Microsoft, y Anthropic, con una valoración de 18.400 millones de dólares, han captado la atención de inversores globales gracias a sus innovaciones en IA.
Es más, estas compañías no solo han demostrado cómo la inversión estratégica en IA puede generar rendimientos sustanciales y posicionar a las empresas a la vanguardia de la transformación digital, sino que estas iniciativas han creado un círculo vicioso: la innovación tecnológica atrae inversiones, las inversiones impulsan el desarrollo, y el desarrollo genera un impacto positivo en los mercados y en la sociedad.
Mientras que Estados Unidos domina la narrativa global, España también cuenta con actores clave que están liderando la transformación digital a nivel nacional e internacional. Making Science es un claro ejemplo de cómo España puede competir en soluciones de IA y transformación digital y ser foco de atracción de los inversores, como recientemente ha ocurrido con el fondo Sopef (Spain Oman Private Equity Fund), gestionado por MCH, y que ha comprometido una importante inversión de al menos 20 millones de euros en su estrategia de marketing digital. Debutando en el BME Growth en 2020, la empresa ha experimentado un crecimiento notable al expandirse también a mercados internacionales. Su propuesta de valor, que está intrínsecamente alineada con las tendencias globales de adopción de la IA, la posiciona como una opción estratégica para los inversores que buscan capitalizar el crecimiento del sector tecnológico.
Para los inversores españoles, apostar por empresas como Making Science, que además cuenta con el respaldo de aquellas casas de análisis que la cubren como, por ejemplo, Renta 4, no solo representa una oportunidad de obtener rentabilidades atractivas, sino también de contribuir al fortalecimiento del ecosistema tecnológico del país. En un momento en el que la IA se perfila como el motor del crecimiento económico global, España necesita empresas líderes que puedan competir a nivel internacional y atraer el interés de los mercados financieros.
En definitiva, la inteligencia artificial ya no es el futuro, sino el presente. Por ello, para los inversores el momento de actuar y apostar por valores que destaquen en la innovación es ahora. Sin duda, el contexto global favorecerá a las empresas tecnológicas que apuesten por la IA como motor de crecimiento, y España tiene en Making Science un referente capaz de liderar este cambio.