La guerra de Iberdrola con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aumenta de grado. La española ha demandado ante un tribunal internacional a la empresa pública mexicana Comisión Federal de Electricidad (CFE) por la puesta en marcha de la central de ciclo combinado Topolobampo III, según recoge el diario mexicano Expansión.
Fuentes de Iberdrola no han respondido a una solicitud de comentarios de Estrategias de Inversión.
La planta ya está construida, pero aún no ha entrado en operación comercial porque Iberdrola no ha recibido los documentos que autorizan su puesta en marcha.
El objetivo del arbitraje —iniciado en marzo—es que la planta comience a funcionar de inmediato. Estaba previsto comenzara a operar en diciembre de 2020. Todavía no está en marcha porque CFE ha condicionado su funcionamiento a que la española pague una multa de 16 millones de dólares por retrasos en la construcción, según un documento dictado por el periódico mexicano.
En su procedimiento de arbitraje, Iberdrola solicita la desestimación de la multa ya que, en su opinión, el retraso en la construcción se debió a causas de fuerza mayor.
Además, exige que CFE le pague unos 10 millones de dólares por gastos, daños y perjuicios por el retraso en la entrada en funcionamiento de la central de ciclo combinado, con una capacidad de 779 MW para vender electricidad a la empresa pública mexicana.
Puede generar esa energía con sus dos turbinas de gas y una de vapor. La construcción de la planta fue otorgada en marzo de 2017, cuando todavía estaba en el poder el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
AMLO contra Iberdrola
La llegada en diciembre de 2018 de AMLO ha supuesto un punto de inflexión para las relaciones del gobierno mexicano con Iberdrola, el mayor productor privado en el país mesoamericano.
"Iberdrola se convirtió en una empresa preponderante en el sector", dijo López Obrador durante una de sus ruedas de prensa en las que directamente ha atacado a la eléctrica española, con una potencia instalada en México de 1.325 MW de energía renovable.
AMLO tiene a Iberdrola entre ceja y ceja por haber convertido su filial estadounidense Avangrid en una puerta giratoria para ministros y presidentes de México. El expresidente de México, Felipe Calderón (2006-2012) fue miembro del consejo de Avangrid, mientras que su exministra de Energía, Georgina Kessel, también estuvo a sueldo de la filial en Estados Unidos.
Otras españolas como Repsol y Acciona también están en el disparadero de López Obrador.
Ley anti-Iberdrola suspendida por la justicia
Entre otros intentos por perjudicar las operaciones de Iberdrola en México, el presidente aprobó en marzo de este año un decreto que daba prioridad a los combustibles fósiles sobre las renovables a la hora de distribuir energía a través de la infraestructura eléctrica.
Esta medida, sin embargo, fue declarada inconstitucional en noviembre por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo órgano judicial de México. El decreto obstaculiza la libre competencia al impedir que los operadores de energías limpias entren en el mercado de la generación de electricidad, según dijo la sentencia de la Suprema Corte.
El objetivo del decreto era favorecer a CFE, ya que genera la mayoría de su energía con combustibles fósiles. De esta manera se aseguraría que toda la energía generada por CFE entraría en el sistema.
De momento, Topolobampo III es sólo la última de las disputas de Iberdrola con el gobierno de López.
Se espera que las relaciones con el gobierno sigan tensas al menos hasta 2024, cuando se celebren las próximas elecciones. La Constitución mexicana no permite la reelección, por lo que el presidente no podrá volver a presentarse.
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