En esta gran carrera digital no nos ha quedado otra que integrar la tecnología dentro de nuestro día a día, convirtiéndose ya en un elemento casi indispensable, algo que a priori puede parecer obvio para todo el mundo, pero que, sin embargo, hay parte de la población que no puede decir lo mismo. Las zonas de España con menos población se han quedado atrás y reclaman su sitio en esta ‘nueva’ era digital y tecnológica.
La brecha digital que ya venía existiendo tiempo atrás se ha visto agravada aún más tras la pandemia. Según el informe ‘Cómo la España Vaciada llena su tiempo en internet’ elaborado por Eurona y la consultora Kantar, casi la cuarta parte de los habitantes de los municipios de menos de 5.000 habitantes todavía no tenía acceso a Internet cuando comenzó la pandemia.
Asimismo, la escasez de infraestructuras de telecomunicaciones en estas zonas menos pobladas no hace otra cosa más que acrecentar estas desigualdades, en tanto que, según este estudio, tan solo un 33% de la población rural tiene acceso a la red de fibra óptica, la más habitual en las ciudades.
Desde Vantage Towers, filial de telecomunicaciones de Vodafone, aseguran que, hoy en día, “el 5G no alcanza ni al 30% del conjunto de la población” y señalan además que el 13,4% de las zonas rurales no tienen acceso a internet de al menos 30 Mbps de velocidad, según datos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital del 2020.
Por su parte, desde MásMóvil, compañía de telefonía fija y móvil e internet que opera en España, añaden que la pandemia “puso mucho más de manifiesto la necesidad de llevar la tecnología móvil e Internet a las zonas más despobladas del país, ya que muchos trabajadores aprovecharon la situación para marcharse de las grandes urbes”, a lo que añaden, “basta con ver las cifras. En el pasado año, la red pública Red.es encargada de gestionar las ayudas a la digitalización de las zonas rurales, concedió más 12.000 solicitudes, lo que suponía el 85% del total del que disponía para el ejercicio pasado”.
En parte por ello, la demanda en estas zonas es cada vez mayor ya que numerosos servicios están trasladando su presencialidad al mundo online, además de que la posibilidad de teletrabajar está provocando que los usuarios trasladen su lugar de trabajo con frecuencia hacia estas zonas rurales.
En Cellnex aseguran que “el coronavirus ha puesto a prueba la importancia de las telecomunicaciones como servicio de primera necesidad. Aplicaciones que parecían más propias de una obra de ciencia ficción como la telesalud o la teleeducación se han convertido de la noche a la mañana en una realidad incuestionable”.
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¿Cuál es la solución a este problema?
Acabar con estas desigualdades y acotar la brecha tecnológica entre las grandes ciudades y las zonas más despobladas no es tarea fácil y puede requerir de dos ingredientes principales: tiempo y dinero.
En Vantage Towers lo tienen claro, “para conseguir digitalizar el conjunto del país es necesaria la inversión de al menos 5.000 millones de euros, en los próximos años, para construir una red 5G”. A su vez, esto necesita de una colaboración público-privada, “la financiación pública es un factor clave y la mejor manera de ayudar a suavizar el aterrizaje de los operadores de telefonía móvil que quieren invertir en regiones remotas pero que están preocupados por las implicaciones comerciales”.
“Se requieren políticas que incentiven a los operadores de telefonía móvil a extenderse a las zonas rurales, como, por ejemplo, agilizar los permisos de construcción y acceso, reducir las tasas y el pago por uso de espacios públicos, y subvencionar la infraestructura existente, para poder reutilizarla y evitar la construcción de nuevos emplazamientos que encarecería el proceso”, son algunas de las ideas que presentan desde la filial de Vodafone.
Por su parte, MásMóvil está de acuerdo en esa necesidad de una colaboración público-privada “que garantice la conexión de calidad de sus ciudadanos a la red” de manera que, además, “se garantice el acceso a la información y la modernización de sectores como el de la agricultura, y al final, de toda la red de negocio que pueda desarrollarse en las zonas rurales”.
En tema regulatorio, la ONU, dentro de su plan de Objetivos de Desarrollo y Sostenibilidad, listó varios objetivos a alcanzar en esa línea. El número 10 es la reducción de las desigualdades, y entre esas desigualdades está eliminar la brecha digital. “Necesitamos el apoyo de las administraciones, mediante la elaboración de políticas que fomenten esas construcciones con el objetivo de ofrecer una conexión de calidad”, sentencian.
Para Vantage Towers, los fondos de recuperación europeos suponen una oportunidad única para poder hacer realidad todas esas necesidades, “alineando a todos los actores que tenemos capacidad para hacer realidad este reto de cerrar la brecha digital”.
Preguntamos a estas compañías acerca de los costes que puede suponer montar estas infraestructuras y si es necesario que estas zonas más despobladas cumplan unos requisitos mínimos. Todas ellas coinciden en que esto último no es relevante, es decir, ninguna zona requiere unos requisitos especiales para poder establecer conexiones móviles, sino que el problema deriva más de los costes que puede suponer, “el proceso sí es costoso, requiere de una gran inversión para poder instalar nuevas antenas o la modernizar las existentes”, aseguran desde Vantage Towers, “lo que se necesita es facilitar el despliegue de las torres de comunicación y de los equipamientos asociados, e impulsar la creación del tejido productivo que haga uso de esta conectividad y haga que el modelo de mercado resultante sea sostenible por sí mismo en el medio plazo”.
Asimismo, desde la compañía dan especial importancia al tema de la sostenibilidad y trabajan “queriendo reducir día a día la huella ambiental, aprovechando mejor los recursos, disminuyendo el consumo energético y las emisiones de dióxido de carbono.”
En palabras de MásMóvil, “es un proceso que requiere de una inversión considerable” y por eso mismo, una parte importante de su inversión en infraestructuras se destina a estas zonas con el objetivo de aumentar la conectividad en el entorno rural a través de su programa #EspañaConectada con el que cada año despliegan alrededor de medio millón de hogares con fibra en poblaciones de menos de 20.000 habitantes, “en total, hemos desplegado cerca de 2 millones de hogares con esta tecnología en España en estas poblaciones.”
Para ayudar a paliar los efectos negativos de esta brecha digital, Cellnex ha desarrollado el proyecto LEAN, que lo que hace es ayudar a la digitalización de las zonas rurales, “una digitalización que favorecerá el desarrollo económico y social de las zonas rurales para que, de una vez por todas, se rompa esta brecha digital y se convierta en oportunidades para el desarrollo de estas zonas”, tal y como explica Jaume Figueras, CTO Iberia Market Nokia Enterprise.
Por su parte, Aitor Rubio, Senior Product Strategy Manager Cellnex Telecom explica que “en este proyecto hemos enfrentado un hándicap muy grande que es cómo traer este tipo de infraestructuras que habitualmente se hacen en entornos urbanos a un entorno rural muy despoblado en el que los costes habitualmente no se cubren”.
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¿Cómo evoluciona esta tendencia?
Desde Vantage Towers tienen clara la respuesta a esta pregunta, “como hemos podido observar, la demanda es creciente. Nos encontramos en un mundo digital, donde las gestiones diarias se hacen a través de Internet o del teléfono móvil – por ejemplo, el caso de las oficinas bancarias que van cerrando en zonas no sólo rurales, también urbanas -, por lo que la tendencia se prevé al alza”.
Por su parte, MásMóvil apuesta porque esta demanda se mantenga o aumente, “más si tenemos en cuenta que la pandemia ha provocado un incremento de población en las zonas más despobladas” y sentencia que, mantener España conectada e incrementar la conectividad del país “es uno de los ejes fundamentales de nuestro plan de negocio”.
“Después del desastre que ha causado la pandemia tenemos una muy buena oportunidad para reducir la brecha digital”, declaran desde Cellnex y añaden, “hay una proporción significativa de gente que está saliendo de las ciudades y volviendo al campo y eso hay que aprovecharlo, potenciarlo y permitir la recuperación de muchos entornos despoblados que ahora mismo realmente no piden carreteras o aeropuertos, sino conectividad”.