El volumen negociado durante la sesión del miércoles fue relativamente bajo, en torno al 65% de la media diaria de negociación de los últimos treinta días. El jueves se celebra el día de Acción de Gracias y la mayor parte de los operadores se fueron de vacaciones antes del cierre para disfrutar de un largo puente.
Esta falta de actividad pudo favorecer la subida inicial, por la cancelación de posiciones cortas y escasas posiciones de venta.
El rebote inicial no fue capaz de alcanzar ni las primeras resistencias significativas. Y se fue debilitando a medida que se acercaba el cierre de la sesión.
El sentimiento bajista y el hecho de encontrarnos en un período estacional alcista podría favorecer un rebote. Ahora bien, el problema es que Apple no está dispuesta a ayudar. Durante la sesión de ayer volvió a mostrarse débil y se limitó a moverse lateralmente, dentro de una tendencia bajista de corto plazo.
El S&P 500 rebotó a la apertura y al llegar a 2.670 se giró a la baja. No fue capaz de acercarse al 2.700, nivel que establecimos como referencia en el comentario de ayer. Mientras el S&P 500 se mantenga por debajo del 2.700 consideraremos como escenario más probable retroceso zona 2.600-2.550.
El NASDAQ 100 llegó al 6.640 y tapó, por poco, el hueco a la baja que dejó a la apertura del lunes. Tampoco fue capaz de alcanzar la primera resistencia significativa que se encuentra en la zona de los 2.710.
El DAX Xetra experimentó un rebote superior al de los índices estadounidenses. Retrocedió hasta un nivel próximo a una resistencia gráfica, 11.260, y representa además un retroceso del 0,382 del último tramo a la baja. Vamos a considerar como escenario más probable que esta zona actúe como resistencia a corto plazo y que a corto plazo el DAX Xetra se gire a la baja y se dirija hacia la zona de los 11.160.
El IBEX también rebotó, pero tampoco superó ninguna resistencia significativa. Intentó dirigirse a la zona de los 9.020, pero no pudo conseguirlo. Mientras se mantenga por debajo de ese nivel, predisposición bajista.
El FED suele responder con una política monetaria más relajada cuando las bolsas experimentan grandes caídas. Lo hace porque considera que la debilidad de las bolsas puede estar anticipando una disminución del crecimiento económico, además de reducir el consumo privado vía efecto riqueza.
Ahora bien, la probabilidad de que el FED reaccione a la caída de las bolsas bajando los tipos de interés es mayor cuando la economía de los EEUU registra una tasa de crecimiento muy baja o ha entrado en recesión. Y esta situación no se da, al menos en estos momentos.
La fuerte caída experimentada desde septiembre está incrementando la presión sobre el FED , por parte de los inversores y del propio Trump, para que frene el ritmo de subida del tipo de interés de los fondos federales.
Powell, no va alterar por el momento su programa de subida de tipos, porque querrá dejar clara la independencia del FED frente a las presiones del presidente de los EEUU.
Y tampoco lo hará para no dar la sensación de salir al rescate de las bolsas.
Por ese motivo, vamos a considerar como escenario más probable que Powell vuelva a subir los tipos de interés en diciembre. Y sólo ralentizará el proceso de subidas si la economía se desacelerase notablemente en 2019.
Por lo tanto, como lo más probable es que el FED siga subiendo los tipos, debemos considerar que provocará una inversión de la curva de tipos de interés. Además, se situarán claramente por encima de la rentabilidad por dividendo, lo que presionará a la baja a las bolsas.
Este hecho hace muy probable que durante el 2019, el S&P 500 se mueva entre 2.850 y 2.600.