Previsiones de esta semana. Entre los datos más destacados conoceremos la producción industrial y la producción manufacturera del mes de junio, también las ventas minoristas del mes pasado y las empresas continuarán publicando sus resultados trimestrales que podrían obtener unos beneficios entre un 10 y un 15%.

Destacaría dos asuntos, uno en términos económicos y otro en términos no económicos. En términos económicos, es la óptica a través de las cuales los participantes del mercado van a estar leyendo estos datos. El mercado está convenciéndose a sí mismo de cuándo vienen los recortes de la FED. Y si estos datos tienen un tono más bien débil, sería positivo para mercados en el sentido de que aumenta la probabilidad de que los recortes de la FED lleguen más temprano que tarde, y viceversa. El otro asunto que destacaría es la convención republicana y, dado el cambio en las probabilidades del escenario político en Estados Unidos post debate, la atención de los mercados estará en la retórica, en los mensajes de política que se van a articular durante estos días.

Uno de los datos económicos más importantes de la semana pasada fue el dato del IPC que en junio bajó un 0,1%. Los precios al consumidor inesperadamente bajaron en este mes de junio lo que hizo que la inflación se haya moderado más de lo esperado, lo que hacer pensar en un recorte de tipos en septiembre. 

Correcto. Y no es solo es el dato aislado, sino parte de una tendencia a la baja de la inflación. Los elementos cualitativos de ese dato también dan cuenta de que las presiones inflacionarias se han venido suavizando. Justo a finales de la semana pasada, nuestros colegas del equipo de Estados Unidos en Deutsche Bank, hicieron una revisión de sus pronósticos de la Fed y ahora están viendo que el inicio de este proceso de normalización de la postura monetaria habría de iniciarse en septiembre, versus la proyección anterior que era de que iniciarían en diciembre.

Otro de los datos que se publicó la semana pasada que también podría influir en lo que decida la Reserva Federal, fue el de los precios al productor que aumentaron ligeramente. Y también la semana pasada Powell dio varias declaraciones oficiales y se centró mucho en ese objetivo, en esa meta del 2% de la inflación. ¿Crees que se conseguirá pronto?

Es poco probable que se consiga pronto, pero aquí creo que lo que importa es de un punto de vista de política monetaria es la trayectoria de la inflación y la dirección de este "viaje", y es relativamente benigna, está yendo hacia 2%, aunque ese 2% no se logre pronto. También destacaría de la comparecencia de Powell son los comentarios del mercado laboral; nos recordó que la FED tiene un mandato dual, no solo es la subida de precios sino también el pleno empleo y en el contexto en el que hemos visto cierta suavización en los indicadores del mercado laboral en Estados Unidos. Con esta retórica, empezamos a ver un escenario con mayor probabilidad de recortes de tasas en septiembre.

Algo muy positivo para los ciudadanos, los consumidores...

En realidad, sí. Por un lado, el que se suavice supone un impulso para los consumidores en términos reales, tienen beneficios tangibles en términos de tarifas aéreas, en términos de costos de vivienda, y para poder adquirir una nueva casa, por ejemplo.

Los inversores también se muestran positivos. Nuevos récords para el S&P500 y el NASDAQ. Wall Street sigue fuerte.

El mercado ha tenido un comportamiento bastante robusto, pero también vemos que ha habido una reasignación en los portafolios de tal manera que refleja un mayor ambiente de riesgos; algo que vimos tras la publicación del dato de inflación, es una rotación de las compañías blue chips a una gama más amplia de compañías, que se verían más beneficiadas con la rebaja de tasas de inflación y, dado su perfil de deuda, con unas condiciones financieras más holgadas.

¿Cómo está afectando a los países de Latinoamérica esta situación financiera global en la que el foco está en la Reserva Federal?

En la coyuntura actual el ambiente es constructivo, pero no ha sido así durante el año. Hemos estado en periodos en los que ha habido más escepticismo respecto a cuando la Fed habría de empezar, por motivos de resilencia de la economía norteamericana o señales de persistencia de la inflación. Es decir, hemos pasado por periodos donde ha habido más escepticismo respecto a cuando empezaría, y en ese ambiente menos favorable financiero a nivel global, ha habido una revaluación de los fundamentos macroeconómicos e institucionales de la economía norteamericana. Con ello, hemos tenido un período "recordatorio" de cuáles son las deficiencias estructurales que algunas de las economías latinoamericanas aún presentan, particularmente Brasil con sus problemas en la parte de política fiscal, en Colombia con desequilibrios fiscales que no se acaban de resolver, en México -después de las elecciones- una revaluación en torno al riesgo institucional y de perspectivas macroeconómicas que tiene el país, dada la mayor viabilidad que van a tener una serie de reformas constitucionales que el gobierno actual ha propuesto.

¿Cuál sería tu previsión para la economía de Estados Unidos de aquí a final de año?

Creo que vamos a tener suficiente impulso aún. Por un lado, seguimos teniendo un momentum que continúa, no hay más que mirar al sector de servicios que se mantiene a lo mejor no con la misma exuberancia que alguna vez llegamos a tener, pero sí con suficiente robustez. El mercado laboral se ha venido suavizando, pero las condiciones iniciales fueron muy bajas; el mercado laboral está robusto pero ya no está sobrecalentado, un punto ideal. Así que, hay suficiente momentum. Y ahora que ese lastre monetario financiero, si se llega a materializar, va a reducirse, eso debería ser un mayor impulso en la economía real.