El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos registró un crecimiento del 1,3% en el tercer trimestre del año, lo que representa un avance una décima por encima de la estimación inicial y un ritmo de expansión muy superior al 0,5% del segundo trimestre de 2023, según ha informado la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio.
En términos anualizados, el avance fue del 5,2% entre julio y septiembre, lo que implica una revisión al alza de tres décimas respecto de la estimación preliminar y un repunte del crecimiento de la primera economía mundial desde el 2,1% del segundo trimestre.
En comparación con el segundo trimestre, la aceleración del PIB reflejó principalmente los incrementos en el gasto de los consumidores y la inversión en inventarios privados y un repunte de las exportaciones que fueron parcialmente compensados por una desaceleración de la inversión fija no residencial, mientras que las importaciones aumentaron.
De este modo, se confirma la divergencia entre Estados Unidos y sus socios del Viejo Continente, ya que, a diferencia de la primera potencia mundial, el PIB de la zona euro sufrió una contracción entre julio y septiembre del 0,1%, mientras que en Reino Unido la actividad se estancó.
En este sentido, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) advertía este miércoles al dar a conocer sus últimas previsiones económicas del riesgo de que la economía de la zona euro se quede rezagada respecto de otras economías avanzadas.
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ha identificado como diferencia dominante entre Estados Unidos y la zona euro al impacto del aumento de los precios de la energía, señalando que la zona del euro está mucho más expuesta como importadora de energía a los cambios en los precios.
Asimismo, ha destacado que otra diferencia entre ambas economías responde a que en Estados Unidos el crecimiento del consumo ha sido mucho más fuerte, en parte debido al nivel de apoyo, pero también porque los consumidores estadounidenses han recurrido en mayor medida a los ahorros acumulados para respaldar el crecimiento del consumo.
De tal modo, la OCDE ha revisado al alza sus proyecciones para Estados Unidos, hasta un crecimiento del 2,4% en 2023 y del 1,5% en 2024, dos décimas mejor cada año de lo estimado previamente, mientras que para 2025 espera una expansión del 1,7%.
En el caso de la zona euro, si bien la OCDE mantiene la previsión de crecimiento del 0,6% para este año, ha recortado en dos décimas la de 2024, hasta el 0,9%, aunque confía en un rebote hasta el 1,5% para 2025.