Un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés), muestra que hasta el primer trimestre la deuda mundial se incrementó en 1,3 billones de dólares hasta alcanzar los 315 billones en total, un nuevo máximo histórico. Equivale al 333% del PIB mundial, frente al 330% en diciembre del año pasado, alerta el lobby bancario.

Esta ola de deuda global supone el aumento más grande, más rápido y más amplio de la deuda desde la Segunda Guerra Mundial, coincidiendo con la pandemia de Covid-19. “Este aumento marca el segundo aumento trimestral consecutivo y fue impulsado principalmente por los mercados emergentes, donde la deuda aumentó a un máximo sin precedentes de más de 105 billones de dólares, 55 billones de dólares más que hace una década”, señala el IIF en su informe Global Debt Monitor.

Los mayores contribuyentes al aumento entre las economías emergentes fueron China, India y México

“Los déficits presupuestarios gubernamentales siguen siendo más altos que los niveles previos a la pandemia y se prevé que contribuyan con alrededor de 5,3 billones de dólares a la acumulación de deuda global este año”, apunta el IIF. “La creciente fricción comercial y las tensiones geopolíticas también presentan importantes vientos en contra potenciales para los mercados de deuda”.

Un factor a tener en cuenta es que, si bien la deuda emergente es la que más aumenta, lo cierto es que alrededor de dos tercios de los 315 billones de dólares adeudados provienen de economías maduras, especialmente Japón y EEUU. Eso sí, la ratio deuda/PIB de las economías maduras, que se considera un buen indicador de la capacidad de un país para pagar sus facturas, ha estado disminuyendo, mientras que en los mercados emergentes la tendencia es al alza, alcanzando un máximo del 257%.

De los 315 billones de dólares de deuda, la deuda de los hogares, que incluye hipotecas, tarjetas de crédito y deuda estudiantil, entre otras, ascendió a 59,1 billones de dólares. La deuda empresarial, que las corporaciones utilizan para financiar sus operaciones y crecimiento, se situó en 164,5 billones de dólares, y el sector financiero por sí solo representó 70,4 billones de dólares de esa cantidad. La deuda pública representó el resto, 91,4 billones de dólares.

Pago de intereses, ¿una bomba de relojería?

A pesar de que se espera que varias economías, como EEUU y Europa, inicien un ciclo de recortes de tipos, es complicado que los tipos de interés vuelvan a niveles tan bajos –incluso negativos- como los que tuvieron en los últimos años. Ello supone un problema adicional, ya que los costes del servicio de la deuda dejan muy poco margen para financiar inversiones necesarias para las economías.

“Urge actuar para oxigenar el espacio fiscal, mantener un respaldo internacional adecuado y recortar los costos de servicio de la deuda”, reclama el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un reciente informe. “El país de ingreso bajo mediano gasta hoy más del doble que hace 10 años en el servicio de la deuda con acreedores extranjeros como proporción del ingreso nacional: de 6% hace una década a alrededor de 14% a fines de 2023. Tras años de fuerte endeudamiento, los reembolsos de deuda de los países de ingreso bajo a corto plazo prácticamente triplican el promedio a largo plazo: unos 60.000 millones de dólares frente a un promedio anual de 20.000 millones entre 2010 y 2020”.

El FMI aboga por “mecanismos con socios multilaterales o bilaterales para movilizar financiamiento nuevo y asequible —entre otras fuentes, del sector privado— potenciando el crédito para refinanciar la deuda contraída”. “Los países podrían realizar operaciones de gestión de pasivos, como canjes de deuda por financiamiento para el desarrollo y recompras de deuda”.

Egipto y Pakistán son vistos como las economías emergentes donde el gasto en intereses de la deuda gubernamental será más alto hasta 2026, según los cálculos del IIF: Pakistán gastará más del 50% de los ingresos en intereses y Egipto más del 60%.

Entre las economías desarrolladas, EEUU y Japón son los dos países que han visto aumentar su deuda más rápidamente, agregando 17 puntos porcentuales y 4 puntos porcentuales respectivamente. Según el IIF, se espera que Japón siga gastando de media menos del 2% de los ingresos del gobierno en el servicio de la deuda hasta 2026. En EEUU, sin embargo, se espera que la cifra aumente desde el 8% actual hasta situarse por encima del 10% e incluso rozando el 12% en el mismo período

El FMI ya ha advertido que el nivel de gasto de EEUU es “particularmente preocupante” y “no se ajusta a la sostenibilidad fiscal a largo plazo”.