La decisión de iniciar la retirada de estímulos a partir de enero fue unánime, según muestras las actas de esta reunión. (Ver actas)


Tal y como puede observarse en este documento, aunque ninguno de los miembros veía que la situación macroeconómica había cambiado en exceso con respecto a reuniones anteriores, lo cierto es que si apreciaban que las perspectivas eran más positivas.


Además, en el documento se puede leer que la mayoría de los miembros de la FED empezaban a creer que los beneficios de mantener el programa de recompra de activos en 85.000 millones de dólares mensuales, iba disminuyendo paulatinamente a medida que pasaban los meses.

Por eso ningún miembro de la FED puso obstáculos a recortar en 10.000 millones de dólares este programa.
Esto sí, como siempre se pidió cautela a la hora de comunicar esta decisión. Pero lo que ahora preocupa más es, sin duda, el calendario para la subida de tipos de interés. Sigue sin haber un calendario establecido para elevar el precio del dinero.

Aunque se discutió la posibilidad de rebajar el objetivo de nivel de desempleo hasta el 6%, la mayor parte de los miembros de la FED consideraron que lo mejor era dejar la cifra en el 6,5% establecido. Eso sí, tal y como quedó claro en la posterior rueda de prensa de Ben Bernanke, a partir de ahora ya no sólo se van a tener en cuenta las cifras de paro registrado, sino que se usarán otros indicadores.

Lo que preocupa ahora a los miembros de la FED es la inflación, que sigue por debajo del objetivo a largo plazo del 2%. Por eso Bernanke se empeñó en repetir una y otra vez, que las subidas de tipos se producirán “well past the time” (mucho tiempo después de que el paro se haya situado por debajo del 6,5%).