Siguiendo el hilo de estas informaciones, en un requerimiento de información por parte de la CNMV a la petrolera española, el regulador exigiría hasta una veintena de aclaraciones dobre las cuentas que presentó en 2015, en el momento en el que Repsol ejecutó provisiones de grandes sumas de dinero, millonarias, con el objetivo de cubrir el deterioro de algunos activos propios a consecuencia del derrumbe del petróleo en los mercados.
En este sentido, cabe resaltar que Repsol reflejó pérdidas por primera vez en su historia durante el pasado ejercicio, lastrado por un entorno geopolítico complejo que llevó al barril de crudo a cotizar hasta en 27 dólares. Eso provocó que tuviese pérdidas de 1.227 millones de euros. De este modo, este requerimiento es el primero que hace la CNMV a Repsol en seis años y el segundo en toda su historia.
Así pues, Repsol ya cuantificó en las cuentas del pasado año su exposición a Venezuela. La cifró en torno a los 2.400 millones de euros. Cantidad entre la que se incluía fundamentalmente la financiación en dólares otorgada a las filiales venezolanas.
Sin embargo en el balance del primer semestre del presente ejercicio, Repsol afinó aún más y afirmó que su exposición al país latinoamericano suma 2.414 millones de euros. Aunque la CNMV profundiza más y quiere conocer de primera mano si hay alguna restricción significativa sobre la capacidad de las filiales para transferir fondos en forma de dividendos o para hacer reembolsos de los préstamos. Dicho de otra forma, para repatriar el dinero.
A este respecto, siempre siguiendo la información del rotativo español, Repsol diría que “desde un punto de vista legal no existe ninguna restricción significativa”. Lo que parece claro es que estas noticias llegan en un entorno en el que también está marcado por la próxima reunión de la OPEP que tendrá lugar en Argelia durante el mes de septiembre.