La compraventa de vivienda cayó con fuerza en mayo: tan solo 22.394 operaciones, el peor mes de mayo en la serie disponible desde 2007, y menos de la mitad de las operaciones que se registraban hace un año (48.351 en mayo de 2019). Cabe recordar que el estado de alarma estuvo vigente durante todo el mes de mayo, con la población confinada en sus hogares y los colegios de registradores cerrados al público, solo registrando las operaciones por causas de fuerza mayor o de necesidad. Por tanto, se trata de un indicador retrasado: la intensificación de la caída respecto a marzo y abril no refleja un deterioro adicional de la demanda, sino que, simplemente, esas operaciones por fuerza mayor son cada vez menores.

Entre tipo de vivienda, el deterioro fue algo más acusado en el caso de la vivienda usada en el mes de mayo (-55% interanual vs -49% en la nueva), si bien, en lo que llevamos de año, es muy similar (-23% interanual) y aún no se observan tendencias en este sentido. Cabe recordar que la compraventa de vivienda usada supone más del 80% del total de operaciones.

Entre CCAA, el descenso sigue siendo generalizado, pero con intensidades dispares, si bien no parece que se expliquen por la diferente incidencia de la crisis por regiones: destacan de forma menos negativa Madrid, Galicia y Cataluña; mientras que el deterioro ha sido más pronunciado en los casos de Canarias, C. Valencia y Asturias (ver gráfico). Si se tienen en cuenta el peso sobre el total nacional, las mayores caídas se produjeron en C. Valenciana, Andalucía y Cataluña (entre las tres, explican más de la mitad de la caída interanual de mayo) y las menores se produjeron en Ceuta y Melilla, La Rioja, Navarra y Cantabria.

En balance, el registro de mayo refleja con mayor intensidad los efectos del confinamiento de la población y del cese de la actividad no esencial, a diferencia de los meses de marzo y abril, donde las compraventas no habían caído con la misma intensidad que otros indicadores de actividad sectorial. Seguimos pensando que aún es pronto para deducir de estos datos el impacto de la crisis en la demanda de vivienda. En principio, todo parece indicar que una gran proporción de hogares verá limitado sus ingresos por la crisis económica, por lo que esperamos que las compraventas de viviendas desciendan en torno al 25%-30% en el conjunto del año. Asimismo, las expectativas de algún ajuste de los precios y la elevada incertidumbre podrían retrasar las decisiones de compra.

Bankia Estudios