La amenaza de la espiral inflacionista y las subidas de tipos de la Reserva Federal se tradujeron en un daño considerable para los valores tecnológicos, pero una vez que parece que el pico inflacionista se ha alcanzado –al menos de momento- los inversores han vuelto con entusiasmo al sector.
El mismo día que se conoció el dato de inflación de julio el Nasdaq Composite se disparó casi un 3% hasta cerrar en 12.854,80 puntos. Según datos de Dow Jones Market Data, cualquier cierre por encima de los 12.775,32 hubiese marcado ya una subida del 20% o más desde el mínimo de cierre del Nasdaq del 16 de junio en 10.646,10. Aunque no existe un árbitro oficial de los mercados alcistas y bajistas, normalmente se considera este umbral del 20% desde un mínimo reciente cumple con los criterios ampliamente utilizados para marcar el final de un mercado bajista.
El Nasdaq llegó a caer un 33,7% desde su reciente máximo hasta el mínimo, y estuvo en territorio bajista durante 108 días de cotización. Este descenso marca el mercado bajista más profundo y prolongado desde 2008, cuando el índice cayó un 54% y el periodo duró 218 días de cotización, según los datos de Dow Jones Market Data.
El repunte se ha visto impulsado por unos resultados mejores de lo que se temía de algunas de las grandes Big Tech, un descenso de los rendimientos del Tesoro estadounidense y la especulación de que la economía pueda eludir una recesión. Apple, por ejemplo, ha subido un 27% desde el mínimo de junio y se encuentra ya a menos de un 10% de sus máximos históricos de enero.
Todavía más impresionante ha sido el rebote de Amazon, que ha recuperado casi un 40% desde los mínimos de hace dos meses. El gigante de las compras online incluso amenaza con superar en valor de mercado a Alphabet-A, que se ha quedado un poco más rezagada y aun así ha rebotado un 14% desde sus mínimos anuales.
Pero algunas voces apuntan a que esta rápida recuperación no está justificada, en vista con la marcha de sus negocios. Con la caída de las estimaciones y la subida de las acciones, la relación precio-beneficios proyectados del sector tecnológico del S&P 500 se sitúa ahora más de un 20% por encima de la media del índice, según destacan los estrategas de Bloomberg Intelligence Gina Martin Adams y Michael Casper.
“Incluso una prima media es difícil de justificar con el aumento de los tipos, las revisiones negativas de las estimaciones y la previsión de que los beneficios vayan por detrás del mercado” hasta al menos la segunda mitad de 2023, apuntan en una nota.