Situación muy complicada en los mercados, China desacelera y con ello parece que la Reserva Federal no subirá los tipos un 1% en julio directamente tras un IPC que se quedó en el 9,1% en junio, ¿qué lectura extrae de la situación macroeconómico global?
En estos momentos nos encontramos en un contexto en el que los cisnes negros parece que son más persistentes de lo que las economías occidentales deseaban, y la situación parece bastante complicada. China con su política de Covid cero ha conseguido es ralentizar de una manera muy significativa su economía y desde luego no va a cumplir las expectativas de crecimiento que tenía puestas para este ejercicio. A ello, hay que añadir parte de las burbujas inmobiliarias que también tienen determinadas partes del país. Todo esto es un freno muy importante a nivel global, ya que una parte muy importante del crecimiento mundial en los años precedentes venían del crecimiento de China. Por tanto, si no hay un catalizador que cambie y otras economías que cojan el timón que suelta China, la economía mundial no va crecer como esta previsto. Si a esto unimos el problema de la guerra de Ucrania, que parece que va a ser mucho persistente, llegamos a una situación en la que la inflación es mucho más fuerte de lo que estaba previsto. El problema de la inflación es que hasta ahora todas las economías, sobre toda la española, no paraban de decir que la inflación se debía únicamente a los alimentos frescos y a los hidrocarburos, es decir, que la subyacente no estaba muy alta, pero la realidad es que la subyacente está subiendo de una manera muy significativa. En el caso de España la inflación está por encima del 10%. El dato de EEUU del 9,10% significa que también es muy tensa a pesar de la subida de tipos de interés en EEUU. Va a costar mucho corregirlo. EEUU va tener que subir los tipos 0,75% porque quizás un punto es demasiado agresivo, pero el dato significativo no es tanto que suba el 0,75% sino donde va a dejar los tipos finalmente, ya que probablemente se vea abocada a dejarlos en el entorno del 3,50-4%, lo cual sería bastante complicado porque esto lo que haría sería fortalecer de una manera muy significativa el dólar, con lo cual hidrocarburos y materias primas se encarecerían y además las exportaciones americanas se verían claramente lastradas, y es un verdadero problema a nivel global. En este contexto, creo que vamos a pasar un verano bastante "calentito", pero en verano la actividad se ralentiza bastante, y será a la vuelta cuando vengan los verdaderos problemas.
En Europa la posibilidad de escasez energética por un corte de suministro de Rusia ya se contempla por parte de la Comisión Europea, ¿qué supondría esto para las economías europeas?
Habrá que ver qué decisión toma Putin sobre si abre o no el canal de Rusia con Alemania para introducir gas en Europa. Si Putin decide cerrarlo la economía europea puede sufrir un golpe significativo. Se habla de que la industria alemana puede caer entre 5 y 15 puntos, una auténtica barbaridad. Y luego después podría haber situaciones dantescas de racionamiento o que el Estado alemán incluso tenga que decidir si hace parones selectivos en la industria para poder dar servicio a sus ciudadanos. Puede ser un verdadero problema porque además entramos en una dinámica en la que si Alemania pasa por dificultades, el resto de Europa lo va a hacer. La política actual de Lagarde de subida de tipos podría verse seriamente en entredicho y tendría que subir los tipos de una manera más agresiva si la inflación es persistente como todo apunta.
Ante este escenario de tan poca visibilidad, ¿cómo se rebalancea una cartera más dinámica y una más conservadora? ¿En qué acciones hay que estar?
Creo que ahora mismo muchos gestores lo que están considerando es la posibilidad de tener en liquidez el máximo que sus folletos informativos pueden pedir, porque si bien es cierto que en estos momentos con una tasa de inflación tan elevada tener el dinero en liquidez cuesta dinero, en un momento en el que todo apunta que los mercados pueden sufrir correcciones muy significativas, estar expuesto a la renta variable puede ser verdaderamente complicado. ¿Hacia dónde deberían estar las carteras dinámicas? Hacia sectores más value que growth. Creo que el sector growth va a tener un impacto bastante significativo, lo veremos en los resultados, y sobre todo en los guidances para los próximos trimestres, que reflejarán si las compañías van a poder seguir teniendo los márgenes y beneficios que tienen y si van a poder repercutir a sus clientes por los incrementos de costes que están manteniendo. La realidad es bastante complicada, pero hay sectores y sobre todo compañías concretas que lo pueden hacer bien. Si bien es cierto que los sectores energéticos lo están haciendo bien, la caída del precio del petróleo por debajo de los 97 dólares puede ser también un catalizador para ventas, y por tanto el sector energético que había sido un refugio para la bolsa hasta ahora, deja de serlo. El sector financiero también puede pasar por dificultades. Ahora mismo la renta variable es complicada y va a haber muchos quebraderos de cabeza por parte de los gestores para ver dónde poder colocar. Probablemente lo mejor sean compañías que tengan un poder de fijación de precios muy elevado y que den un dividendo atractivo para de alguna manera proteger a sus clientes frente a caídas del valor. En cuanto a la renta fija, el año 2021 fue uno de los peores en su historia y probablemente este también sea un año bastante complicado porque estamos en una espiral de subidas de tipos y eso son malos datos para la renta fija. Probablemente sea interesante en renta fija duraciones cortas, y ahí es donde creo que los gestores están entrando pero siendo muy selectivos.
¿Cómo ve la situación del Ibex 35 y la bolsa española tras los anuncios de nuevos impuestos al sector energético y bancario?
La verdad es que lo veo muy mal. Nadie creía que Pedro Sánchez iba a ser capaz de generar de la noche a la mañana un impuesto como el que ha hecho sin consultar previamente con los interlocutores para ver la formula de poder articularlo de la manera menos dura. Lo que genera es inseguridad jurídica y lo que no tiene muchos sentido es que Sánchez se pasee por EEUU buscando apoyo de compañías norteamericanas para que puedan venir a España a invertir y en paralelo genere inseguridad jurídica para cualquier entidad que llegue a nuestro país creando un impuesto de la nada. Sí, de una manera temporal, por dos años, pero porque es lo que le queda de legislatura y no puede hacerlo por más años; además, que sea con carácter retroactivo es complicado. Lo que sí es cierto es que la medida que va a tomar, que implica que no se puedan repercutir los impuestos a terceros, creo que no va a ser posible y probablemente la banca se busque las fórmulas para intentar de alguna manera repercutir parte de ese impacto fiscal. Lo que está claro es que toda la banca que no tiene una exposición internacional, como Caixabank, Sabadell o Bankinter han sufrido un golpe mucho más severo que Santander o BBVA, pero el impacto en bolsa es bastante significativo y obviamente tanto los guidances como las expectativas para la banca española han cambiado significativamente. El peso tan elevado que tiene la banca en el Ibex 35 ha hecho que hayamos perdido el 8.000 y podamos incluso perder los 7.700 a la vuelta del veranos si la cosas se complica. Es un muy mal momento para implementar estos impuestos.