Además, esta semana se podría revisar a la baja la expectativa de PIB de EEUU. Estos factores podrían hacer que las bolsas se desestabilicen a corto plazo.
Además,
La mayor parte de los fondos de inversión están apostando por estrategias de altas rentabilidades por dividendo. Es una buena estrategia para acercarse a la renta variable de forma menos volátil y arriesgada, pero si las valoraciones son altas, me estaré comiendo con el precio los dividendos futuros. Por lo tanto, no hay tantas oportunidades baratas con dividendos altos. En este sentido, mejor complementar los altos dividendos con otras estrategias ganadoras de este año, como los movimientos corporativos o el posicionamiento cíclico de la cartera. Dentro de los sectores cíclicos, automovilísticas, industriales y banca europea pueden ser atractivas.
Para beneficiarnos de estas oportunidades de inversión en movimientos corporativos debemos hacerlo a través de fondos de inversión. Por ejemplo, Edmond de Rothschild tiene un fondo especializado en M&A, pero lo jugaría más a través de fondos que no tienen restricciones sobre índices y los gestores pueden mover la cartera según las oportunidades.
En renta fija cada vez hay menos oportunidades, pero la presión sobre la deuda americana es creciente por la retirada de estímulos en EEUU. De hecho, el día que la Fed anuncie que las compras de activos van a ser inferiores a 50.000 millones, la presión va a aumentar. Hay oportunidades en los títulos con más correlación a la renta variable, como los bonos High Yield o los convertibles. Hay que tener cuidado con la duración de los High Yield, por lo que podemos invertir en fondo que cubren la duración o podemos jugarlo a través de duraciones cortas – Pictet High Yield Short Duration con bonos de duración inferior a 2 años-.
En bonos convertibles, podríamos invertir a través del M&G Convertible Bonds. Hay que tener en cuenta que los convertibles suelen mejorar el binomio rentabilidad/riesgo de la renta variable, aunque su comportamiento está muy ligado a lo que hagan las bolsas, pues es un bono que se puede convertir en una acción y su evolución irá en función del sentimiento de mercado hacia la renta variable. Cuidado porque, si hay un problema de liquidez en el mercado, va a afectar a estos bonos, como a las bolsas.
El oro es un activo muy volátil y, si hay más nerviosismo en el mercado, se verá beneficiado por su carácter refugio. Desde los niveles actuales hasta los máximos en 1.800 dólares aún queda mucho recorrido, pero para jugar esto podemos hacerlo de varias formas:
- comprando lingotes físicos, pero hay que custodiarlo y para vender puede ser complicado
- ETF: replica la revalorización de la onza de oro de forma más líquida y posibilitando jugar los movimientos de corto plazo.
- Comprar fondos de inversión, que no invierten en oro físico, si no en mineras, por lo que se pueden ver afectados por los problemas de la renta variable y de las compañías
La mejor opción es invertir en oro a través de un ETF, pero de manera táctica-diversificadora, sólo un 5-10% de la cartera y para perfiles moderados-arriesgados.
La cartera ideal para un perfil moderado estaría compuesta por:
- 40% en renta variable, a través de fondos de inversión que no tengan restricciones a la hora de seleccionar activos, preeuropeos, como el Invesco European Equity o el Alken European Opportunities.
- 60% en fondos muy flexibles y orientados a la preservación del capital, como el Gesconsult Renta Fija flexible (puede tener hasta un 25-30% invertido en renta variable con coberturas dinámicas, y el resto del fondo es renta fija, sobre todo periférica). Esto podríamos acompañarlo de un fondo más flexible, como el M&G Dinamic Allocation (aprovecha las subidas y se cubre en las bajadas).