Ahora que apenas se ha logrado aplanar la curva de la pandemia, ya se piensa en el «mundo de después», lo que probablemente refleja un reconocimiento tardío y limitado de la necesidad de recuperar un horizonte coherente para la reflexión y la toma de decisiones a largo plazo.
En ODDO BHF, no habían esperado este momento para empezar con su reflexión. Desde una perspectiva de inversión a largo plazo y mediante un análisis fundamental de las empresas, la integración de criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) ha sido en los últimos años el elemento central de la mayoría de sus estrategias de inversión, partiendo de la idea de que la empresa es, ante todo, una organización humana.
Por ello, el enfoque de la gestora se basa en dos pilares: el capital humano y el gobierno corporativo, que son los ejes por los que apuestan en su modelo interno de análisis ESG.
Mediante el análisis tanto cuantitativo como cualitativo de criterios como el liderazgo de un directivo, la diversidad de conocimientos de un comité ejecutivo, el nivel de complejidad organizativa de la empresa, la capacidad de innovación de los equipos o incluso la calidad de las relaciones sociales y de las condiciones de trabajo de los empleados, consideran que el valor del capital humano de una empresa es un potente factor de rentabilidad, fuente de creación de valor a medio y largo plazo.
Igualmente, un análisis estructurado y riguroso de criterios como el funcionamiento de los órganos de control, la independencia y la diversidad de los administradores, la política de remuneración de directivos, la composición de los comités, la responsabilidad fiscal y el nivel de transparencia constituye un factor importante de limitación de riesgos, sobre todo al posicionarse como inversor minoritario.
Para confirmar esta hipótesis, entre las 600 empresas que analizan, han evaluado el grupo de empresas con mejor calificación simultáneamente en cada uno de ambos pilares: el resultado es una rentabilidad superior del 35% a tres años y del 50% a cinco años, con una volatilidad media inferior de unos 7 puntos con respecto al grupo de valores con la calificación más baja.
Aunque los horizontes de tiempo elegidos y los puntos de referencia siempre pueden ser cuestionables, se observa también que el grupo de empresas con mejor calificación resistió mejor al fuerte desplome de los mercados producido entre el 19 de febrero y el 18 de marzo, y se ha recuperado en la misma medida desde entonces.
Estos dos pilares, el capital humano y el gobierno corporativo, confirman ser dos filtros adecuados y esenciales en la búsqueda de una creación de valor duradero y compartido entre los diferentes grupos de interés.
En un contexto de crecimiento a medio gas, probable aumento de las quiebras de empresas y, en general, aceleración de los grandes cambios sociales y medioambientales, para la gestora, la idoneidad de los criterios ESG aplicados a la gestión de la cartera es ahora más importante que nunca. La calidad de la gestión operativa (el capital humano) y de los órganos de control (el gobierno corporativo) de una empresa han sido y seguirán siendo, según su análisis, una de las claves en la generación de riqueza compartida y rentabilidad a largo plazo para el inversor. Definen más que nunca a una empresa «resiliente».