En la imagen, de izda. a dcha. el Dr. Fontenla, el Dr. Datino y el Dr. González-Panizo, de la Unidad de Arritmias del servicio de cardiología del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo

“Para la ablación de la fibrilación auricular -señala por su parte el Dr. Adolfo Fontenla, miembro de la Unidad de Arritmias del Hospital-, hemos utilizado tradicionalmente fuentes térmicas, tanto la ablación con radiofrecuencia (calor) como la crioablación (frío)”. Sin embargo, aunque es un tratamiento seguro en la mayoría de los casos, este tipo de lesiones térmicas pueden extenderse a estructuras vecinas como el esófago o los nervios que rodean al corazón.
 
Para evitar estos efectos indeseados recientemente se ha incorporado en todo el mundo la ablación por electroporación, que consiste en la emisión, a través de un catéter, de campos eléctricos que destruyen selectivamente las células cardiacas que propagan la fibrilación auricular, respetando el resto de tejidos. “El efecto observado de la electroporación en la actividad eléctrica cardiaca es inmediato, lo que permite realizar la intervención en menos tiempo y de una forma, incluso, más segura”, destaca el Dr. Fontenla.

“Debido a todas estas ventajas, -concluye el Dr. Tomás Datino, Jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y Presidente de la Asociación del Ritmo Cardiaco de la Sociedad Española de Cardiología-, este nuevo método de ablación de fibrilación auricular está siendo introducido en las Unidades de Arritmias más punteras del mundo, siendo una terapia en auge, no solo para tratar la fibrilación auricular, sino también para otras arritmias cardíacas. Por tanto, es un gran avance para nuestros pacientes”.
 
Imágenes del procedimiento de ablación realizado mediante técnica de electroporación (Farapulse)