Nunca antes lo había pasado tan mal. Estado de shock y de alarma. JC Penney lleva en la mesa de operaciones varios meses, luchando por salvar su negocio. Por Intentar resucitar lo que era uno de los referentes para las compras de los ciudadanos estadounidenses. Pero no. Navega contracorriente, mientras que el caudal es cada vez más fiero y pretenciosamente negativo para sus intereses.

La compañía de consumo minorista se mira al espejo y no se gusta a sí misma. Lo que ha sido y en lo que se ha convertido en estos momentos. Ha dado tantos pasos atrás que ya no puede ni recordar las épocas de bonanza. Aquellas en las que la acción superaba los 80 dólares.

Ahora la situación es absolutamente opuesta: se encuentra por debajo del nivel de los 6 dólares, lo que remonta al valor al año 1982 cuando, incluso, algunos de sus directivos no habían comenzado a estudiar una carrera universitaria. Es decir, su nivel mínimo en los últimos 31 años. Si hace unos meses se encontraba entre los 5 valores más baratos del S&P 500, a día de hoy entra en el pódium sin ningún esfuerzo extra. (Ver: Las acciones más baratas del S&P 500)

La devaluación en Wall Street de los títulos de la empresa con sede en Texas ha sido tal que en el último año ha caído más de un 70%. El estado de su negocio ha sido cuestionado día sí y día también por su nivel de deuda y la bajada notable del consumo durante esta época de crisis en todos sus establecimientos. 



Esa caída atroz, y hasta casi libre, ha dañado a muchos inversores, tanto grandes como pequeños. El más sonado, y cuya participación en JC Penney asciende hasta más de 17 millones de acciones, es George Soros.

El multimillonario húngaro compró dicho paquete a un precio de 13,32 dólares por título el pasado 23 de abril del 2013. Desde entonces y hasta ahora, la suma total del dinero que se ha diluido como un azucarillo en la nada asciende hasta más de 173 millones de dólares. Actualmente, sigue siendo el segundo mayor accionista de la compañía. (Ver: noticia)

Asimismo, ese hundimiento bursátil ha estado acompañado, como no podía ser de otra forma, de un estado del negocio enquistado y cada vez más inestable. De hecho, en recientes fechas JC Penney decidió cerrar 33 tiendas, del total de más de 1.000 tiendas que posee en el país norteamericano, y despedir a 2.000 trabajadores para intentar recortar gastos y ajustar su maltrecho balance.

Con el timonel del ex CEO, Ron Johnson, la empresa recortó ya en torno a unos 20.000 puestos de trabajo o, dicho de otra manera, aproximadamente el 15% del total de toda su plantilla a partir de abril de 2012. (Ver: JC Penney no levanta cabeza)

¿Qué está por llegar?

Con todo y con ello el consenso de expertos, según datos de FactSet no se muestra excesivamente negativo hacia el devenir próximo de la cadena minorista. En concreto, espera que en los próximos tres años el beneficio por acción tome aire y se recupere del lastre de los últimos dos años. 



Sin embargo, los ratios de valoración que presenta la empresa texana siguen estando en entredicho. El PER que presenta JC Penney en la actualidad ronda las 15,2 veces. Pero según el consenso de mercado durante este ejercicio superaría las 17 veces. Por ejemplo, 17,3 en el segundo trimestre, 17,2 en el segundo trimestre y 17,1 veces en el cuarto y último periodo del año antes de cerrar el ejercicio.

El precio de la acción en relación a las ventas se mantendría prácticamente plano con respecto al pasado ejercicio y permanecería en el mismo nivel, incluso, en los dos primeros trimestre de 2015, mostrando una sintomatología de que aún las ventas no van a incrementarse lo suficiente.



Sin embargo, lo que sí arroja más confianza es que ningún bróker del consenso aconseja la venta de las acciones de la compañía. El 64% apuesta por sobreponderar y el 64% restante mantienen una posición neutral. Además, el precio objetivo lo sitúan en torno a los 8 dólares, por encima de los niveles actuales.