Todo esto, a lo que lleva, es que “en las subastas de deuda
se nos pide más dinero –intereses- por prestarnos”, aunque la prima de riesgo baje.

Además, “la subida del interés que paga España por colocar su deuda, difumina todos los recortes”.

El FMI pide que se ayude a entidades financieras en problemas con dinero público. Alvargonzález comenta al hilo que “no hay que poner más dinero en empresas enfermas que no se van a sanar”. Esta burbuja financiera viene motivada por la burbuja inmobiliaria pero, “mientras se ha pinchado la burbuja inmobiliaria, ha interesado mantener la financiera por intereses políticos. Por ello, creo que la solución no es meterlos más dinero, si no, organizar su quiebra, mediante subasta, no con fusiones ni ‘bancos malos’”.

Además, comenta que hay que tener en cuenta que “los bancos enfermos hacen competencia desleal a los sanos, por ejemplo, ofreciendo depósitos a tipos más altos que la competencia sana”.


A pesar de que expertos técnicos comentan que el Ibex 35 podría estar formando un suelo, Alvargonzález explica que “la bolsa hará suelo cuando los políticos españoles tomen decisiones valientes y actúen para solucionar nuestra economía”. Por ello, aconseja estar fuera de la inversión española, “excepto en bonos de empresas sólidas, solventes y bien diversificadas internacionalmente, cuya calidad crediticia es alta”.

También se podría invertir en España por dividendos, “cobrando el dividendo y cubriendo las acciones con un amortiguador de forma que, aunque baje el mercado, la cartera no se resienta tanto”.

En cambio, “somos positivos con la renta variable de EE.UU. , pues la situación económica del país es mejor, la credibilidad presupuestaria es buena y las empresas están presentando buenos beneficios”. Eso sí, avisa que “tampoco este mercado va tener una evolución espectacular”. Por tanto, expresa que “el Wall Street y algunos emergentes son los mercados más atractivos para invertir en fondos”.

Sin embargo, dentro de los emergentes, “los mercados frontera, que dependen mucho de las materias primas, no nos gustan tanto, pues son más para momentos de mayor euforia”. Eso sí, “cuando el consumo en los emergentes y EE.UU. se anime, serán más propicios”.