Esta estrategia en renta fija no es la más habitual por las gestoras en un escenario de potencial subida de tipos en los países desarrollados, como posiblemente ocurra en Estados Unidos en marzo o ya ocurrió la semana pasada en Reino Unido después de que el Banco de Inglaterra elevase por segunda vez el coste del dinero desde que empezara la pandemia hasta el 0,5%. 

Las duraciones cortas hace que si estás más cerca del vencimiento puedas ir renovando la cartera de bonos y puedas ir gradualmente igualando el retorno de la deuda comprada con los tipos a medida que van subiendo. De momento, a Invesco el tiempo le está dando la razón puesto que en el cierre de 2021 y en la primera semana de 2022 los bonos de duraciones cortas son los que más han sufrido. Otras de las apuestas de Invesco en renta fija para este ejercicio pasa por deuda emergente y bonos híbridos de los bancos (AT1 o CoCos).

Así lo señaló este mismo martes Fernando Fernández-Bravo, responsable de ventas institucionales en Invesco, en una rueda de prensa junto a la responsable de ETFs para Iberia, Latinoamérica y Estados Unidos 'offshore' de Invesco, Laure Peyranne. En renta variable sostienen que 2022 será un año para la bolsa europea -incluido el IBEX 35- y para sectores ligados a la inversión en valor, como bancos, petroleras y operadoras de telecomunicaciones.

“Vemos más potencial en el ‘value’ frente a las subidas experimentadas por empresas de crecimiento en los últimos años como las tecnológicas por el contexto de subida de tipos. La bolsa española lo puede hacer bien en línea con el resto de índices europeos”, explicó Fernando Fernández-Bravo. Desde Inverco estiman crecimientos de los beneficios empresariales del 6-8% y rentabilidades similares en las bolsas.

Aumenta el patrimonio de los ETF

La firma especializada en gestión pasiva sostiene que 2022 va a ser un año también de aumento del patrimonio de los fondos indexados (ETF). A nivel global, la industria de ETF ya gestiona 9,48 billones de euros, de los cuales 1,94 billones corresponden a inversores europeos, según cifras de la consultora ETFGI.

Según datos de ETFGI, firma de consultoría y análisis independiente especializada en ETF fundada por Deborah Fuhr, el sector experimentó el año pasado un crecimiento récord de activos. Los activos bajo gestión en ETF y ETP a nivel global terminaron 2021 con un crecimiento del 28,5%.

Inverco apunta que los inversores están interesados en aquellos vehículos que ofrecen exposición a los sectores más innovadores, como el blockchain. La firma lanzó el año pasado un ETF de bitcoin dirigido a clientes institucionales que ha despertado el interés de los inversores.

Los vehículos que ofrecen exposición a las tendencias relacionadas con la transición energética también están entre los que más éxito tienen, según señalan desde la entidad. "Con la pandemia, los ETF han demostrado ser herramientas líquidas transparentes y eficientes para acceder a los mercados y proteger las carteras", señaló Peyranne.

La inflación, principal preocupación

Invesco considera que 2022 será un año de transición, con la inflación como principal riesgo, si bien estima que es coyuntural: tocará techo a mediados de 2022 y se moderará paulatinamente de cara al año siguiente. “No somos negativos este año, vemos que el crecimiento de las economías desarrolladas puede situarse en el 5%, con el aumento del PIB de España por encima del europeo”, indicó Fernández-Bravo.

La gestora espera una normalización en el crecimiento económico y la política monetaria de los mercados desarrollados, mientras que China, que ha sufrido por la pandemia en mayor medida, deberá seguir estimulando la economía.

En ese sentido, anticipa entre tres y cuatro subidas de tipos en Estados Unidos, menos de las siete y ocho que está descontando el mercado. El responsable de ventas institucionales de Invesco, Fernando Fernández Bravo, ha incidido en que la gestora "tiene la esperanza" de que estas no comiencen a partir de la próxima reunión, prevista para marzo, sino en la siguiente. “Las economías necesitan tipos reales negativos para que los Estados vayan pagando su deuda, además el mandato de los bancos centrales ha cambiado de una inflación objetivo en el 2% a una inflación media del 2%”, destacó Fernández.

Fernández ha hecho hincapié en que los organismos deben de tomar las decisiones mes a mes para ir viendo lo que pasa, y ha destacado que las subidas de tipos afectarían al crecimiento, pero no frenarían el aumento de los precios de las materias primas, como el gas y el petróleo o los desajustes que causa el Covid-19 en las cadenas de suministro y en el mercado laboral con la reposición de trabajadores infectados y el aumento de los salarios.

Desde la firma estadounidense creen que si los bancos centrales aplican políticas monetarias muy restrictivas a lo largo del año su asignación de activos pasará a ser más defensiva.

Las elecciones presidenciales que se celebrarán en abril en Francia no tendrán efecto en las inversiones a largo plazo, aunque podrían causar cierta volatilidad a corto plazo, si bien las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania podrían hacer repuntar el precio del petróleo y el gas natural, aunque no esperan que genere un freno del comercio mundial.