- ¿Cómo están evolucionando las compañías de infraestructuras en un entorno de subidas de tipos?

Bueno, no todas las empresas de infraestructuras hacen lo mismo. Hay empresas de infraestructura que pagan grandes dividendos pero no crecen, y se comportan como bonos de renta fija, y pueden sufrir en un contexto de subida de tipos de interés. Sin embargo, nosotros invertimos en infraestructuras que generan crecimiento económico, sólo invertimos en compañías de infraestructuras que aumentan sus flujos de caja y sus dividendos a lo largo del tiempo. Esto significa que hay ciertas compañías que, siendo selectivo, pueden proteger frente a la inflación por el crecimiento de los ingresos. Es muy importante distinguir entre las compañías que se pueden considerar un bono y las infraestructuras que son un negocio de crecimiento, que es dónde únicamente invertimos nosotros.

El último año fue un año muy interesante en ese sentido, porque las empresas de infraestructuras lo han hecho extremadamente bien en un contexto de mercado marcado por la subida de tipos, especialmente aquellas compañías con carteras enfocadas en el crecimiento. Esto es una muestra de que en un entorno complicado, con los tipos al alza, presiones inflacionistas… Si eres selectivo hay compañías que lo pueden hacer muy bien.

- ¿Cómo podría impactar en el sector una posible recesión este año?

La recesión, en general, no es buena para nadie y las bolsas sufren en un entorno así. Aunque los activos más defensivos de las infraestructuras pueden mostrar fortaleza en un contexto recesivo. Si pensamos en las compañías en las que invertimos podemos decir que son infraestructuras críticas para la sociedad, hablamos de compañías de generación eléctrica, provisión de agua, gas natural y otros servicios esenciales como escuelas, bibliotecas, hospitales… que son infraestructuras imprescindibles para la sociedad. En un contexto de recesión este tipo de activos son resilientes. En cambio, también hay infraestructura que pueden sufrir desproporcionadamente en un ambiente difícil para la economía,  como por ejemplo los aeropuertos, las autopistas de peaje y este tipo de infraestructuras sufrieron durante la pandemia del Covid-19 y los confinamientos. Pero la inversión en los mercados de infraestructura y la flexibilidad de la inversión permiten que nos movamos por diferentes áreas en diferentes momentos durante el ciclo de mercado.
 
- ¿Creen que se pueden frenar las inversiones por el mayor coste de financiación?

Los costes de financiación son muy importantes para cualquier negocio en el quieras invertir. Nosotros tenemos un enfoque activo, seleccionamos compañías que hacen inversiones gracias a balances saneados y flexibilidad para acometer sus inversiones. Es cierto que los costes de financiación están subiendo, pero hay ello también hay oportunidades. La buena noticia es que hay muchísimos incentivos importantes para la inversión actualmente, en concreto en todo lo relacionado con la transición energética y la soberanía energética que son una realidad en Europa, pero también lo es especialmente en EEUU como constata la aprobación reciente en la Cámara de Representantes de EEUU que incentiva las inversiones para garantizar la transición y la seguridad energética, especialmente en el caso de Europa.  

- El universo de inversión es amplio, ¿cómo seleccionan las compañías en las que invierten? ¿Les preocupa el nivel de deuda?

Analizamos en detalle el balance de las compañías porque cuando los intereses se disparan puede suponer, a veces, la quiebra. Pero este tipo de empresas capearon un momento como el Covid-19, en el que, por ejemplo, el tráfico de pasajeros por aeropuertos, autopistas y transporte público llegó a 0 y las compañías fueron capaces de aguantar y seguir ofreciendo sus servicios. Ahora, por supuesto, el contexto de tipos de interés es más duro, por lo que tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de seleccionar las compañías en un entorno difícil como el actual.

- ¿Qué importancia le dan a la rentabilidad por dividendo que repartan las compañías?

Sólo invertimos en compañías que pagan dividendos, pero sobre todo invertimos en empresas con dividendos crecientes. Con nuestra estrategia la rentabilidad por dividendo de las compañías debe situarse entre un 3% y el 4%, y actualmente se sitúa en ese rango superior. Lo más importante para nosotros es el crecimiento de las rentas porque eso es lo que finalmente protege contra la inflación. Desde que lanzamos esta estrategia, hemos podido aumentar el reparto de dividendos a nuestros inversores entre un 5% y un 10%, que supera a la tasa de inflación.