Muy por debajo de lo esperado. Así se han mostrado los decepcionantes resultados de Intel en el mercado que han repercutido claramente en su cotización. Así la compañía tecnológica marcó una caída de sus ingresos del 22% interanual, que, en daros de Refinitiv, supusieron el peor pronóstico de la empresa desde 1999, ya que el mercado esperaba un recorte de ventas del 14%. La pérdida neta trimestral alcanzó nada menos que los 454 millones de dólares, frente a los 5.000 millones registrados por la compañía en el mismo periodo del año anterior.
Una debilidad que además se suma también a la reducción de sus guías para el presente ejercicio. Espera que sus ganancias por acción en el tercer trimestre se muestren en una horquilla de 0,35 dólares, frente a los 0,87 dólares anteriores. Y sus ingresos oscilen entre los 15.000 y los 16.000 millones frente a los 18.620 anteriores en ese tercer trimestre. Para todo el año su beneficio por acción se situará, según prevé, en 2,30 dólares. Y sus ingresos se muestren entre 65.000 y 68.000 millones, por debajo de lo esperado.
Todo ello ha irrumpido cual tormenta perfecta en la cotización del valor en el mercado, que ha marcado su nivel más bajo desde mayo de 2017, de los últimos cinco años. Los americanos, tan amigos de las estadísticas, destacan que el recorte tras los resultados en porcentaje, que superó el 9,5% fue el de mayor cuantía para el valor desde el 22 de octubre de 2021, cuando cayó un 11,7%. Así se convirtió, con sus ventas, en el segundo valor más activo en el Nasdaq, en el S&P 500 y también en el Dow Jones, al que restó 25 puntos
Además, ya pierde por encima de un 52% desde su máximo histórico registrado en 2020, el año de la pandemia, el 31 de agosto de ese año, y de un 35% de su máximo interanual. En su gráfica de cotización vemos que el valor recorta un 3% en la última semana, con caídas mensuales del 3,7% y trimestrales que alcanzan el 16,8% para las acciones de Intel. En lo que va de año pierden un 30,4%.
En cuanto a referencias y noticias, destacamos dos. Por un lado, que acaba de anunciar su primera emisión en bonos verdes por valor de 1.250 millones de dólares, en la búsqueda de la sostenibilidad en sus prácticas comerciales, en un marco de negociación de bonos por valor de 6.000 millones de dólares.
Por el otro, el anuncio, que daba en exclusiva Reuters, de que la compañía estaba a punto de cerrar un acuerdo de 5.000 millones de dólares para construir una fábrica de chips en Italia. Se trata de una factoría avanzada de ensamblaje y empaquetado de semiconductores, como parte del plan anunciado por la compañía a principios de año para invertir 88.000 millones de dólares en Europa y reducir su dependencia de las importaciones asiáticas y combatir a la vez la crisis de suministro que se sigue padeciendo en el mercado.
Se espera que el acuerdo fructifique formalmente a finales de agosto y, en todo caso, antes de las elecciones anticipadas que se celebrarán en el país el próximo 25 de septiembre.
En cuanto a recomendaciones, desde Tipranks de los 30 analistas que siguen el valor apenas 5 se decantan por comprar, 16 por mantener y los 9 restantes por vender el valor en el mercado, con precio objetivo medio de 40,04 dólares y un potencial cercano al 12%.
Desde Susquehanna Bancshares recortan la calificación de Intel hasta negativa desde la neutral anterior, así como su precio objetivo se reduce hasta los 33 dólares desde los 40 anteriores para el valor. Consideran que podrían pensar que la parte negativa de su negocio ya se ha completado, pero consideran que los problemas persisten.
Desde Baird rebajan a neutral desde sobreponderar al valor con PO que también se recorta hasta los 40 dólares desde los anteriores 60. En su caso las preocupaciones provienen del retraso en la cadena de suministros y de los cambios que se han producido en los patrones de consumo tras la pandemia.