Entre enero y junio, las ventas de Indra se redujeron un 4% (-1,5% en moneda local), hasta los 1.484 millones de euros, debido principalmente a la caída de la división de Transporte y Defensa. Además, el tipo de cambio contribuyó negativamente en 38 millones de euros en el primer semestre de 2020.
Por el contrario, la contratación neta de Indra se elevó un 8,1% (+11,4% en moneda local) en el primer semestre, hasta los 2.087 millones de euros, mientras que la cartera de pedidos volvió a superar su máximo nivel histórico tras alanzar los 5.094 millones de euros, lo que representa una subida del 15,3%.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) de Indra arrojó unas pérdidas de 18 millones de euros en el primer semestre, en contraste con el beneficio de 142 millones de euros de hace un año. El resultado operativo (Ebit) fue de -78 millones de euros, frente a los 79 millones de beneficio de la primera mitad de 2019, afectado por los retrasos y la menor actividad debida al Covid y por los deterioros de intangibles.
En el segundo trimestre, Indra registró pérdidas netas de 81 millones de euros, frente a los 16 millones de euros que ganó en el mismo periodo de 2019. Los ingresos descendieron un 7,6% reportado y un 4,5% en moneda local, hasta los 749 millones de euros, mientras que la contratación aumentó un 8,5% reportado y un 12,4% en moneda local, hasta los 1.067 millones de euros.
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El flujo de caja en el primer semestre de 2020 mejoró en 149 millones de euros, situándose en -88 millones de euros frente a -237 millones en el primer semestre de 2019. La compañía ha continuado reforzando su sólida posición de liquidez durante el segundo trimestre de 2020, y cuenta con más de 1.100 millones de euros entre efectivo y líneas disponibles a 30 de junio de 2020.