Iberdrola tiene un nuevo coloso en su accionariado. Se trata de Goldman Sachs, que, sin presencia anterior en la compañía energética se ha colocado como su segundo accionista, a pesar de que normalmente las empresas no consideran como inversores estables las participaciones financieras, aunque sean de este calibre. Hablamos del 6,118% que ha adquirido el banco de inversión americano de la energética, solo por detrás de Qatar Investment y con un precio de mercado que roza los 4.300 millones de euros.
Además, mira a su deuda, como cuenta Bankinter ante sus inversiones hasta 2025, que contempla su Plan Estratégico. Entre ellas los 47.000 millones previstos para estos tres años próximo y su elevado dividendo, que alcanzará los 11.0000 millones de remuneración al accionista previsto para ese periodo. De forma, que su endeudamiento totalizará 57.500 millones en 2025.
Su plan es reestructurar su deuda cotizada hasta el 52% desde el 55% actual a tres años vista, con la mirada puesta en bancos en desarrollo, agencias de crédito a la exportación e instituciones supranacionales. Una financiación alternativa que se elevará en 2025 hasta los 11.000 millones, frente a los 7.000 actuales. Ese cambio en el mix de financiación lleva a Bankinter a valorar que la deuda ganará en flexibilidad, reducirá la volatilidad y optimizará su coste.
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En cuanto a recomendaciones sobre el valor, destaca entre las últimas la de Goldman Sachs que, en este caso quien mira a la energética con consejo de compra sobre la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán y con precio objetivo que coloca en los 12,50 euros por acción. Eso le otorga un potencial en el mercado del 13%
Sobre Iberdrola, el analista independiente Antonio Espín comentaba hace unos días que Iberdrola “no parece poder con la resistencia de los 11 euros, pero tampoco cae. Aunque esta subida subdividida, no es un buen síntoma, y si vemos al valor por debajo de los 10,50 euros, o quizá menos, 10,70, ahí tenemos un síntoma muy negativo. Pero el valor está a tiro de resistencia, ha repuntado, y está aparentemente bien”.
En su gráfica de cotización vemos que el valor ayer superaba al cierre esa cota y ahora la gran incógnita será saber si puede mantenerse en el tiempo y romper los máximos del ejercicio. De momento, en lo que va de año avanza en el mercado un 10,8%.
Para el especialista en mercados de iBroker, Antonio Castelo, Iberdrola, en declaraciones a Estrategias de Inversión, “es un valor que yo creo que no va a dar grandes disgustos, pero que quizá no tiene un margen elevado de subida. A pesar de las previsiones de crecimiento que tiene la compañía, no va a tener problemas ni con la inflación, ni con los tipos de financiación. Su deuda tiene una duración media de 6 años, con un 75% de su deuda con tipos protegidos y tiene 27 meses de necesidades de financiación cubiertos. La mitad de su EBIDA está ligado a la evolución de la inflación.
Y añade el experto que “todo ello le va a permitir seguir remunerando muy generosamente al accionista, con un dividendo mínimo por acción de unos 50 céntimos de euro para 2025, y podría quizás, aumentarlo. Con una rentabilidad por dividendo bastante notable, que podría mantenerse en el entorno del 5%. Y su potencial de subida, respecto del precio objetivo sería del 8%, que es una alternativa bastante razonable”.
Los indicadores técnicos que elabora Estrategias de Inversión colocan a Iberdrola con una gran nota, en modo alcista, a pesar de la corrección de medio punto registrada. Así, en negativo, encontramos el volumen de negocio a medio plazo que es decreciente y el rango de amplitud o su volatilidad que es creciente a largo plazo.
En la parte más favorable vemos que la tendencia es alcista a medio y largo plazo para el valor, con momento total, lento y rápido que es positivo. Su volumen de negocio a largo plazo es creciente y su volatilidad o rango de amplitud se muestra decreciente a medio y largo plazo.
En el caso de Araceli de Frutos, consejera de Araceli de Frutos EAFI, siguiendo oportunidades considera que “en España, Iberdrola o Repsol seguirán siendo apuestas seguras y una buena opción para tener en cartera, por su alta rentabilidad por dividendo y porque seguiremos viendo el empuje de las energéticas”.