Iberdrola mira por encima del hombro al resto de acciones del Ibex 35, gracias a la buena acogida que ha tenido la emisión de bonos convertibles por acciones de la energética que ha colocado ACS.
Iberdrola se anima después de que ACS haya dado por finalizada, y con éxito, la colocación de 305,6 millones de euros en bonos convertibles por acciones de la energética en cinco años (el 27 de marzo de 2019). En concreto, los bonos son canjeables por 63,19 millones de acciones de Iberdrola, equivalentes a un 0,99% del capital social de la compañía y valoradas en 303,4 millones de euros.
La demanda de estos títulos por institucionales ha superado en 5 veces la oferta. Según los términos de la operación, los bonos devengarán un interés fijo nominal anual de entre el 1,25% y el 2%, pagadero trimestralmente.
ACS tendrá a partir del 17 de abril de 2017 la opción de amortizar anticipadamente los bonos a la par si el valor de las acciones de Iberdrola superara el 130% del precio de canje vigente durante al menos 20 días bursátiles en cualquier periodo de 30 días bursátiles consecutivos. (Ver:
Hecho relevante de la operación)
Actualmente
ACS posee un 5,645% de Iberdrola, también disponible para la venta. Atrás quedaron aquellas ansias de Florentino Pérez por copar la energética. Hoy en día
ACS es el segundo accionista, sólo por detrás de Qatar Investment Authority y por delante de BFA, matriz de Bankia.
Técnicamente estos meses Iberdrola ha brillado por ser el único blue chip que ha canalizado perfectamente sus subidas desde septiembre de 2012. Desde los 3,3 euros ha respetado la directriz alcista y, a día de hoy, desde esos niveles, ya suma una revalorización del 47%. Actualmente
se enfrenta a los máximos anuales, en los 4,85 euros y, de cerrar por encima, su único objetivo sería la zona de 5,5 euros, nivel que no visita desde hace dos años.