El sindicato United Auto Workers (UAW) inició huelgas selectivas contra los tres fabricantes de automóviles el 15 de septiembre después de que expiraran sus respectivos convenios con Ford Motor, General Motors y Stellantis, la matriz de marcas tan conocidas como Fiat, Chrysler, Citröen o Peugeot. En el momento álgido, unos 46.000 trabajadores estaban en huelga, aproximadamente un tercio de los 146.000 miembros del sindicato en las tres empresas.

El sindicato inició negociaciones con los tres fabricantes de automóviles a la vez, rompiendo con la historia reciente en la que los líderes del UAW negociaban con cada fabricante de automóviles individualmente, seleccionaban una empresa líder en la que centrar los esfuerzos y luego modelaban los acuerdos restantes a partir de un acuerdo tentativo principal.

Este fin d semana, el sindicato parece haber llegado a un principio de acuerdo con Stellantis, después de que ya llegara a uno con Ford Motor el pasado miércoles. Sin embargo, en General Motors todavía no hay fumata blanca, y de hecho el UAW ha ampliado la huelga a más plantas de montaje.

Los pactos de Ford y Stellantis, que se extenderían hasta el 30 de abril de 2028, incluyen un 25% de aumento salarial general para los trabajadores de las principales plantas de montaje, y un 11% una vez ratificado el acuerdo. Los aumentos y beneficios elevan acumulativamente el salario máximo a más de 40 dólares por hora, incluido un aumento del 68% para los salarios iniciales sobre los 28 dólares por hora.

El acuerdo con Ford revive además los ajustes por costo de vida que el UAW acordó suspender en 2009 durante la recesión. Y pone fin al “abuso de los trabajadores temporales”, que no sólo se convertirán en permanentes después de nueve meses de empleo continuo, sino que también recibirán cheques de participación en las ganancias, según explicó el presidente de la UAW, Shawn Fain.

Impacto del acuerdo en las empresas

Las huelgas le han costado colectivamente a GM, Ford y Stellantis miles de millones de dólares en producción perdida. Ford dijo el jueves que la huelga del sindicato le ha costado 1.300 millones de dólares y que el acuerdo, si es ratificado por los miembros, aumentaría los costos laborales en aproximadamente 850 a 900 dólares por vehículo producido. General Motors dijo el martes que la huelga le había costado alrededor de 800 millones de dólares.

No está inmediatamente claro en qué medida los acuerdos laborales aumentarán los costos laborales para las empresas, que habían argumentado que ceder a todas las demandas del sindicato afectaría su competitividad e incluso su viabilidad a largo plazo. Deutsche Bank estimó recientemente que el aumento general de costos del acuerdo en Ford sería de 6.200 millones de dólares durante la vigencia del acuerdo; 7.200 millones de dólares en GM; y 6.400 millones de dólares en Stellantis.

La huelga se ha dejado notar también en el parqué, con un impacto conjunta que se sitúa en el entorno de los 20.000 millones de dólares. El mayor castigo lo ha recibido Ford Motor: si sus acciones cotizaban a 21,61 dólares en Wall Street el 15 de septiembre, cuando se iniciaron las movilizaciones, actualmente se encuentran en los 9,96 dólares, con una caída acumulada del 21%.

Muy similar es el impacto de General Motors, de un 19,8% utilizando también el 15 de septiembre como referencia. Sus acciones han pasado de 33,95 dólares a 27,22 dólares.

Stellantis, que cotiza en la Bolsa de Ámsterdam, ha sido más ajena: la caída es de apenas un 3,5% hasta cotizar actualmente en 17,27 euros. Sus acciones cotizadas en Wall Street han sufrido algo más (-5,14%), pasando de 19,25 a 18,26 dólares.