Heineken ha reconocido que ve signos de debilidad en la demanda de los consumidores después de que las ventas de cerveza no cumplieran las estimaciones en medio de las crecientes presiones inflacionistas. La segunda cervecera del mundo ha anunciado que los volúmenes de cerveza aumentaron un 8,9% en términos orgánicos durante el tercer trimestre, por debajo de la estimación media de los analistas del 11,8%.
El aumento de los costes hizo mella en los márgenes y la subida de los precios impidió que algunos clientes bebieran más. “Vemos cada vez más razones para ser cautelosos con respecto a las perspectivas macroeconómicas, incluidas algunas señales de debilidad en la demanda de los consumidores”, ha señalado el director ejecutivo, Dolf van den Brink, en un comunicado.
Heineken ha mantenido sus perspectivas de un modesto crecimiento este año, en un entorno en que el repunte del negocio de la cerveza se ve empañado por la guerra de Rusia en Ucrania y las presiones sobre los precios.
La acciones de Heineken caen un 9,10% durante la mañana en la Bolsa de Ámsterdam hasta marcar 80,16 euros.
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