Entrevista realizada por Silvia Morcillo y Manuel López Torrents
A comienzos de los 80 se vivía el rebufo de las crisis energéticas de los años 70 que afectaron mucho a España. El proceso de transición política también tuvo implicaciones económicas muy importantes y que comenzaron a superarse tras los Pactos de la Moncloa que permitían canalizar una política para reducir la tasa de inflación que había sido muy elevada por aquel entonces. “El reto fundamental que tenía el país fue la incorporación en la Comunidad Económica Europea que requería desmantelar un amplio sistema de protección que había y liberalizar mercados para prepararse para competir con las compañías europeas interesadas en el mercado español”, dice Fanjul. Esto era un motivo de preocupación importante en el mundo empresarial y explica una gran cantidad de transformaciones que se hicieron en aquella época que aumentaron la productividad de nuestro sistema económico y la competitividad de las empresas españolas. “Una cosa que nos diferencia en estos años de aquellos es que entonces había un objetivo muy claro y un calendario muy claro. En 1986 entrábamos en la UE y comenzaba el desmantelamiento del sistema arancelario que nos hacía competir con todas las empresas europeas. Eso explica en gran medida lo que hicieron las empresas entonces, la configuración de grandes grupos empresariales y el incremento de la productividad y capacidad de competir de las empresas españolas.
Entonces, dice Fanjul, la opinión pública y el país entendieron muy bien la necesidad de cambiar para entrar en la Unión Europea, nadie cuestionaba este objetivo. “Un elemento importante que destacaría es que la posición de los sindicatos entonces fue muy distinta a la de la actualidad y a pesar de las altas tasas de paro que había se llevó a cabo una política muy reivindicativa que supuso una dificultad para muchas de las reformas que se debían llevar a cabo. Y se hicieron , a un coste mayor, pero se hicieron”
Posteriormente llegaron los 1990, un período considerado por los economistas como de “gran moderación” pues hay muchos estudios sobre por qué en esos años no hubo ninguna recesión, se vivieron los dividendos de la paz tras la caída de la URSS y con gobiernos, como el de Tony Blair o Bill Clinton, que no conocieron lo que era una recesión o un problema importante. “En España se dio la combinación de ese elemento y la entrada en el euro, que supuso un shock positivo muy importante. Los tipos de interés colapsaron, se tuvo un acceso más fácil al crédito, que con el paso del tiempo se volvió en contra porque nos condujo a la creación de burbujas y desequilibrios importantes en nuestra economía. Entonces, gracias a las posibilidades de financiación que el mercado ofrecía a las empresas y países, llegamos a tener como % del PIB la cuenta corriente más deficitaria del mundo pues superaba el 10%”
“Tenemos que ser conscientes de la urgencia y necesidad de llevar a cabo una política de descarbonización que, obviamente, llevará un coste”
En 1987, tras la reestructuración de los activos petroleros del Instituto Nacional de Hidrocarburos, nace Repsol y Óscar Fanjul es nombrado su presidente después de que Claudio Boada, hasta entonces presidente del organismo, pasara a presidir el Banco Hispanoamericano. “Este sector estaba particularmente afectado por la incorporación a la UE porque no es que hubiera una protección comercial sino que era un monopolio y las compañías lo que hacían era producir y entregar su producción a Campsa. Esto desaparecía a partir de 1986 y era motivo de preocupación porque en el sector de petróleo había grandes gigantes, las denominadas 7 hermanas (llamadas así por Enrico Mattei, presidente de ENI, aludiendo a que funcionaban como un cártel, protegiéndose mutuamente y dificultando la libre competencia de otras petroleras emergentes), y todas ellas estaban interesadas en venir a España pues se consideraban en una situación muy ventajosa para competir frente a monopolios. “Esto fue lo que nos llevó a crear en 1987 Repsol que pasó de ser un holding financiero a ser una compañía integrada verticalmente. Para eso tuvimos que hacer varias OPAs, para comprar participaciones donde no teníamos el 100%, fusionar compañías entre las que operaban en el mismo sector y la razón fue prepararnos para competir con los que iban a venir a España. En 1989 comenzamos la primera colocación en bolsa para homologarnos también con ellos en los mercados de capitales”.
Sobre el futuro energético, este experto reconoce que “el objetivo del sector energético y la economía en general es la descarbonización. Habrá una sustitución de fuentes de energía muy importantes, habrá un progreso técnico que permita producir lo mismo pero no generando CO2 y las compañías de petróleo se están adaptando a eso pues son conscientes del problema desde hace bastante tiempo. La propia BP identificó este problema y pasó de ser “British Petroleum” a “Beyond Petroleum” (más allá del petróleo)”.
El fundador de Omega Capital reconoce que está habiendo mucho progreso técnico en distintas áreas, como el hidrógeno donde se está invirtiendo mucho para hacerlo competitivo, en la propia fusión nuclear hay avances muy importantes pero como ciudadanos tenemos que ser conscientes de la magnitud del problema y la urgencia y necesidad de llevar a cabo una política de descarbonización. “Esto obviamente tendrá un coste y tenemos que estar dispuestos a asumir parte del mismo en pos de un mundo más limpio y con menos riesgo porque el efecto del calentamiento y CO2 ya produce un coste muy significativo incluso en la propia cadena de suministros”.
En cuanto a los Bancos Centrales, Fanjul asegura que no han cambiado su función de reacción y “si hay un problema de inflación que deja de ser transitorio tomarán medidas enérgicas”. No obstante, reconoce, si lo que vivimos ahora afecta a los consumidores y a la inflación hará parte del trabajo porque tendrá un efecto contractivo de reducción de la demanda. “Realmente los Bancos Centrales tienen una situación muy complicada porque no hemos vuelto completamente a la normalidad después del período de Covid y a esto se une el impacto de la guerra de Ucrania que es preocupante. Hay algunas razones para el optimismo, porque el efecto de segunda ronda no se está produciendo como lo hacía en el pasado, el incremento de los salarios no está subiendo como la inflación y eso mismo tendrá un impacto en los salario reales que afectará negativamente al consumo. Los Bancos Centrales tienen una tarea muy complicada por delante porque no pueden permitir que toda la inversión que se ha hecho de anclar la expectativas e inflación ahora acaba destruida por este proceso de inversión”.
Sobre los activos digitales las criptomonedas lo siguen con mucha atención pero no es un área en la que la compañía haya entrado. Un tema complejo, el tipo de regulación que necesitaría…aunque otra cosa es el tema de Blockchain que sí tendrá impacto en muchos tipos de actividades y puede ser un impacto positivo.
“Las empresas familiares españolas son más comparables con las extranjeras en cuanto a gobierno corporativo”
El impuesto de patrimonio ha tenido una vida accidentada en el sentido de que se introduce como algo temporal por el gobierno de UCD, cuyo objetivo era tener información y controlar el patrimonio de los contribuyentes, y eso ha llegado hasta ahora como un impuesto transferido que existe en unas comunidades y en otras no. “Somos uno de los pocos países que tiene este impuesto, creo que tiene muchas contraindicaciones y la combinación con el hecho de que sea un impuesto autonómico no significará la generalización del mismo”. Por otro lado, la política del PP ha ido del lado de proponer o eliminarlo en todas las CCAA en las que gobierna.
Fanjul ha estado y ésta en el consejo de distintas compañías extranjeras (LSE, Lafarge Holcim, Unilever…) y españolas, como Ferrovial, y una de las cosas que ha aprendido es que “el respeto que existe por los gestores españoles de sus filiales correspondientes es enorme y con mucha frecuencia ha sido puesto como ejemplo de cómo actuar”. Desde el punto de vista de gobierno corporativo existen diferencias muy importantes entre las prácticas españolas y las internacionales probablemente provocado por la menor independencia de la inversión institucional y la capacidad que tienen de influir y exigir es menor. En este sentido, son las empresas familiares españolas las que son más comparables con las extranjeras en cuanto a gobierno corporativo pues quiere que los consejeros aportan porque no quiere tener consejeros fieles sino activos y que aporten ideas”.
Sobre la economía española, este experto asegura que necesitamos más crecimiento y por tanto más inversión y capital. Hay que tomar medidas en varios frentes. Uno de ellos es la fiscalidad. No llevar a cabo una política de castigar el capital sino todo lo contrario. En nuestras circunstancias no es el momento de elevar este tipo de tributación necesitamos aliviar la tributación sobre el capital y sobre el trabajo y sustituirla por impuestos ambientales, pago por el uso de bienes públicos… hay que orientar el sistema tributario hacia el crecimiento incentivando el ahorro, la inversión y el trabajo.