El pasado año estuvo caracterizado por incremento en la volatilidad, y por tanto una mayor aversión al riesgo. Entre las guerras comerciales, las preocupaciones sobre el crecimiento mundial, incremento en la rentabilidad de los bonos gubernamentales y ampliaciones de spread, la renta variable cayó fuertemente en el último trimestre del año, y con ello los flujos netos mundiales, prácticamente en todos los activos, quedaron por debajo de niveles observados en 2017.

Ante dicho escenario y con la finalidad de poder invertir en productos más diversificados/menos correlacionados y con menores costes, los inversores siguieron orientando parte de sus flujos hacia fondos de gestión pasiva. La demanda a estos productos pasivos fue muy notable, con entradas de 459.000 millones de dólares.

Fuente: Morningstar.es  dic-2018 No se incluyen datos de Fondos Monetarios

En Estados Unidos, la cuota de estas alternativas pasivas a cierre de ejercicio fue de un 38,8% vs. 36,8% anterior). Siendo muy previsible terminar esta década con una cuota superior al 40%.

Fuente: Morningstar.es  dic-2018

Por su parte, los ETFs continuaron creciendo en popularidad y tuvieron su año más fuerte hasta el momento con 27.800 millones de dólares de entradas. Los ganadores fueron los líderes en instrumentos pasivos: Vanguard e BlackRock-iShares, que cerraron el año con suscripciones de 176.000 millones de dólares y 167.000 millones de dólares respectivamente, incluyendo todas las categorías excepto los fondos monetarios.  Mientras tanto, el resto de la industria se redujo en tamaño o bien, se consolidó.

En Europa, los ETFs de Vanguard consiguieron flujos 8% superiores a los alcanzados en 2017 (12.300 millones de dólares en 2018).

Si analizamos otras regiones, los fondos pasivos también llevan una senda imparable. En Asia, los inversores destinaron 117.000 millones de dólares a estos productos. Cabe tomar en cuenta,  que buena parte del crecimiento de flujos vino por parte del Banco de Japón que, como parte de su política de estímulo económico, compró 65.000 millones en ETFs.

En cuanto a Europa, el aumento de la cuota de mercado de los fondos pasivos ha sido también una historia de varios años y que tuvo otro capítulo en 2018. Su cuota de mercado se elevó hasta el 16,7%, con 1.300 millones de euros en fondos pasivos domiciliados en Europa (fondos indexados y ETF), aunque claramente dicha cuota sigue por detrás de los EE.UU, pero la tendencia es clara.

 

Fuente: Morningstar.es  dic-2018 No se incluyen datos de Fondos Monetarios

Ahora bien, si vemos como se distribuye esa cuota entre fondos pasivos de renta variable y renta fija, existe un mayor apetito por fondos pasivos de renta variable (alcanzando una cuota cercana al 35%), mientras que para la renta fija es cercana al 20%.

Y si vamos al caso concreto de España, vemos que la renta variable también sufrió durante el último trimestre del año con salidas/reembolsos importantes de fondos activos:

Fuente: Morningstar.es  dic-2018

Sin embargo, según datos preliminares de Inverco, en febrero los partícipes revirtieron esa tendencia de meses anteriores, registrando suscripciones netas positivas de 49 millones de euros, principalmente en las categorías más conservadoras. Sin embargo, nuevamente se observa que los fondos de gestión pasiva volvieron a tener suscripciones positivas (134 millones de euros) y acumulando ya en el año casi 327 millones de euros de entradas netas.

La disputa de flujos entre la gestión pasiva y activa sigue presente en la industria de fondos de inversión. La primera sigue comiendo terreno a los productos de inversión/ahorro tradicionales, no sólo por menores costes, sino mayor diversificación y mayor abanico de selección de activos.