La compra de MBS se limitará a un ritmo de 35.000 millones de dólares cada mes, frente a los 40.000 actuales. En cuanto a los Treasury, pasarán a comprar 40.000 millones de dólares frente a los 45.000 millones anteriores.
Algunos expertos consideraban que, quizá, hubiera sido más positivo comenzar a reducir la compra de bonos y
mantener los MBS para no alterar la recuperación del sector inmobiliario.
Los mercados han recibido con júbilo esta decisión, en los primeros instantes. Sin embargo, la rentabilidad de los bonos a 10 años ha comenzado, como no podía ser de otra manera, a subir y en estos momentos cotiza en torno al 2,91%.
En concreto, el comunicado sigue afirmando que la economía se expande a un ritmo moderado y que el desempleo sigue siendo elevado. Hasta aquí ningún cambio con respecto a las comunicaciones anteriores.
Además, insisten los miembros de la FED en los riesgos de inflación, si se mantienen por debajo del objetivo a largo plazo del 2%. Sin embargo esta vez afirman que hay evidencias de que los precios volverán a su objetivo en el medio plazo.
Esto les ha dado pie para decir que los programas QE que inició Bernanke en 2008 han sido muy positivos para la economía estadounidense en todo este tiempo. Por eso afirman que el Comité ha decidido reducir modestamente el ritmo de compras de activos y aseguran que esta decisión no afectará a la evolución de la economía.
De hecho, afirman que seguirán comprando activos y utilizando otras herramientas hasta que mejore de forma sustancial el mercado laboral en un entorno de precios estable.
En este sentido hay que decir que tampoco en esta situación los miembros del Comité han variado su Forward Guidance. Así, aseguran que los tipos seguirán cercanos al 0% (entre el 0-0,25%), por un prolongado periodo de tiempo. Además, reiteran que no cambiarán los umbrales a partir de los cuáles la FED comenzará a subir el precio del dinero, es decir, que el paro esté en el 6,5% y el objetivo de inflación a largo plazo en el 2%
Algunos expertos esperaban un comunicado aun más dovish, con una reducción de estos umbrales hasta el 6% en el caso del paro y el 1,75% en el caso de la inflación. Finalmente no ha sido así.