Grifols cerró el tercer trimestre de 2022 con un beneficio neto de 188 millones de euros, mientras que los ingresos crecieron hasta los 4.351 millones, un 18,8% más en términos reportados en relación a un año antes. La compañía no ha facilitado, de momento, el dato de la variación del beneficio neto en relación a septiembre de 2021 porque en aquel momento no comunicó esta magnitud. Si se compara con el cierre del primer semestre de este ejercicio, el beneficio neto de Grifols ha subido 44,4 millones de euros ya que hasta junio Grifols ganó 143,6 millones, lo que supuso una caída del 46,2% respecto al mismo período del año anterior.
El resultado operativo bruto (ebitda) de la compañía fue de 927 millones de euros (+12,8%). La compañía atribuye la mayor rentabilidad al "apalancamiento operativo, el ahorro de costes y la priorización del I+D, compensando las presiones inflacionista".
La farmacéutica logró una facturación de 4.351 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 18,8%. El motor del negocio fue la división de biofarmacéutica, que creció un 26,3%, hasta los 3.578 millones de euros. En cambio, el área de diagnóstico sufrió un retroceso del 15,7%, hasta los 499 millones de euros, por la caída de la demanda de test de Covid.
La compañía ha situado su deuda financiera neta hasta los 9.380,9 millones de euros, lo que supone disminuir la proporción deuda y ebitda de las 9 veces hasta los 8,6.
A 30 de septiembre de 2022, la posición de liquidez de Grifols alcanzó 1.570 millones de euros, incluyendo una posición de caja de 480 millones de euros. La compañía no tiene vencimientos de deuda relevantes a la vista.
Grifols ha subrayado que el volumen de plasma obtenido crece un 25% y que la ratio de apalancamiento reportado se reduce a 8,6 veces, mientras que se espera que a finales del 2022 disminuya a 7,9 veces.
De cara a lo que queda de ejercicio, Grifols espera que las donaciones de plasma continúen, en un contexto más favorable.
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