Durante una comida con periodistas, Adeline Salat-Baroux contextualiza la situación del sector de los cuidados de la salud dentro principalmente de Estados Unidos, debido a la privatización de la sanidad, por contraposición a Europa. “Allí todo es privado por lo que todo es susceptible de inversión”. Asimismo, existen “tres factores clave” para considerar potencial en el mismo como son el crecimiento, la visibilidad y la investigación.
“Deberíamos estar felices de ver crecer a esta industria”, asegura la analista en relación a la calidad de vida de que disponemos. Además, el crecimiento de la inversión está correlacionado de manera directa con el incremento del GDP dado que “a mayor crecimiento del país, más dinero que se destina a invertir en cuidados de la salud”.
“El 20% de los ingresos de las compañías de healthcare están siendo usados en financiar la investigación y el desarrollo”, afirma la experta. “Se trata de un largo ciclo de inversión que puede durar unos diez años. Es un proceso muy largo”, comenta.
Además, los tiempos cambian y “estamos cambiando del ciclo de los productos químicos a los biológicos”. El crecimiento de la biotecnología en Estados Unidos obtuvo unos 60 billones de dólares de ingresos el último año.
Asimismo, las compañías farmacéuticas permiten tener exposición a mercados emergentes. “La mayor farmacéutica europea recibe el 25% del total de ingresos de los países emergentes”.
España
Los problemas de déficit que viven muchos países de la eurozona, entre ellos el nuestro, reconoce que no afectarán al desarrollo de su fondo. Según Salat-Baroux, esto es así porque los recortes afectarían en todo caso a pacientes en hospitales, pero no a la producción y venta de medicamentos. “No estamos invertidos en este tipo de compañías”.
De hecho, los mayores holdings en los que está invertido el Edmond de Rothschild Global Healthcare son compañías como Sanofi (un 6,2% de la cartera) “con importante exposición a los países emergentes”, Roche (representa un 5,7% del portfolio), compañía en la que “el 50% de los ingresos provienen de tratamientos contra el cáncer”, y Novartis o Gilead.
Preguntada por Grifols, la analista reconoce que le gusta la compañía, pero que “ya le parecía cara el año pasado y este, aún más”. En su opinión, “muchas veces es más una cuestión de localización del fondo que del hecho de que sea una compañía española para incluirla o no en la cartera”.
El fondo está invertido en una horquilla de entre 40 y 50 compañías del sector, “muy concentrado”, frente a las 250 empresas que engloba el MSCI Global Healthcare.