MADRID, 20 MAY. (Bolsamania.com/BMS) .- Se avecinan turbulencias en el seno de Repsol. Tras el descontento manifiesto de Pemex, accionista de referencia de la petrolera con un 9,4% de participación, ayer el secretario de Energía de México, Pedro Joaquín Coldwell, señaló que no sería una mala decisión que la petrolera estatal mexicana vendiera su participación accionarial en Repsol ya que los incentivos que recibe de ella son muy bajos.

Unas nuevas declaraciones que dejan patente los continuos desencuentros entre el presidente de la española, Antonio Burfau, y Pemex, que no hacen sino acercar aún más la inminente y rumoreada salida de la mexicana del accionariado de la petrolera.

La última fricción entre ambos grupos ha sido provocado por el nombramiento de Josu Jon Imaz como consejero delegado, una designación de Brufau que pilló por su sorpresa a los mexicanos, que no habían dado el visto bueno a Imaz.

Estos desencuentros han puesto en “jaque” también al Gobierno que, solventado el conflicto político en Argentina por la expropiación de YPF, teme una nueva “guerra” en México. La próxima visita, el 9 y 10 de junio, a España del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, está siendo preparada con sumo cuidado por Moncloa, donde no terminan de ver con buenos ojos las conexiones evidenciadas entre el presidente de Endesa, Borja Prado, y el hombre fuerte de la multinacional mexicana, Arturo Henríquez, en la petrolera española que preside Antonio Brufau.

Según El Confidencial, Borja Prado es una de las personas consideradas non grata por parte del Gobierno de Rajoy. Tras sus desencuentros con el ministro de Industria, José Manuel Soria, por la puesta en marcha de la reforma energética y la italianización de Endesa con la entrada de Enel en su accionariado, el Ejecutivo español teme “interferencias” entre ambas petroleras y posteriores conflictos entre los dos países.

A pesar de que la venta de Pemex depende de la directiva de la petrolera, un asunto que según Coldwell no habría llegado a su consejo, España está preocupada porque los “desencuentros” influyan negativamente en los vínculos tradicionales de cooperación que mantienen ambas multinacionales, más si cabe teniendo en cuenta la gran reforma estructural del sector energético en la que está embarcado el Gobierno de México.

Pero no sólo el Gobierno de Rajoy está seriamente preocupado. Las firmas de inversión también temen las implicaciones de la salida de Pemex del accionariado de Repsol. Una de estas firmas es Ahorro Corporación Financiera (ACF) que señala que “a estas alturas, el desencuentro de Pemex y Repsol no es ninguna novedad, es una de las tareas que tiene por delante el nuevo consejero delegado de Repsol en intentar normalizar las relaciones”. Sobre las afirmaciones de Coldwell, mantienen estos expertos, que “poco ayudan estas declaraciones a la cotización del valor y por tanto a la posibilidad de que Pemex maximice su inversión en Repsol”.

A las 10:35 horas, Repsol cae un 0,86%, hasta los 20,0600 euros.

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M.D.