Hoy la libra esterlina vuele a registrar caídas significativas frente al dólar, de un 1,11% hasta un cruce de 1,1115 dólares por cada moneda británica. Y el pronóstico de los expertos es que siga a la baja en un futuro próximo, dado los vientos en contra de la economía y la política monetaria del Banco de Inglaterra. La inversión de riesgo a tres meses de la libra -un indicador de la dirección que se espera que tome en ese plazo- se mantiene en territorio negativo, señala la agencia Bloomberg.

Con la confianza de los consumidores cerca de mínimos históricos en octubre, crecen los indicios de que la libra esterlina puede prolongar una caída que ha alcanzado el 17% este año.

Espero que la libra siga presionada y que la confianza de los inversores internacionales en los gilts y la libra esterlina tarde en recuperarse”, avisa Patrick Bennett, estratega del Canadian Imperial Bank of Commerce, que predice que la divisa puede caer hasta 1,09 dólares a finales de año. “Tras los cambios de personal realizados hasta la fecha, el obstáculo para recuperar esa confianza es cada vez mayor”.
  
La próxima señal de la divisa puede venir del plan fiscal del gobierno, ya que el Times informa de que es probable que el nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, retrase el anuncio del plan más allá del 31 de octubre, mientras se conoce al sucesor de Truss.

“El presupuesto y el gobierno del Reino Unido tendrán que demostrar un retorno a la disciplina fiscal, básicamente una trayectoria fiscal creíble”, apunta a Bloomberg Christopher Wong, estratega de Oversea-Chinese Banking.

Un problema aún mayor para la libra puede ser la postura de la política monetaria del Banco de Inglaterra, después de que el vicegobernador Ben Broadbent dijera el jueves que no está claro que los tipos de interés británicos tengan que subir tanto como esperan los inversores. “Somos bajistas en cuanto a la libra, pero más por la mezcla de estanflación y las dudas sobre si el Banco de Inglaterra será tan agresivo como debe ser”, señala Tim Baker, de Deutsche Bank.