En opinión de Fisher Investments España, la decisión de vender no debería basarse únicamente en la emoción o en el movimiento del precio: las principales cuestiones que debe considerar el inversor a la hora de realizar ajustes en su cartera deben ser sus objetivos financieros y las perspectivas del mercado. En este artículo, examinaremos cómo los inversores deben abordar la volatilidad negativa y qué cuestiones deben considerarse antes de vender una acción.
Fisher Investments España opina acerca de cómo poner en perspectiva la volatilidad negativa
Antes de examinar las razones para vender una acción en concreto, es importante poner en perspectiva la volatilidad del mercado en general. Cuando este experimenta episodios de volatilidad a corto plazo, es habitual que muchas acciones individuales disminuyan de valor por razones que tienen poco que ver con la acción en sí.
La volatilidad puede ser desconcertante incluso para los participantes más experimentados del mercado, pero es un elemento normal de la inversión. En plazos cortos, las acciones tienden a ser más volátiles que otros activos comunes, como los de renta fija. Sin embargo, en opinión de Fisher Investments España, una mayor volatilidad a corto plazo es el precio que los inversores "pagan" a cambio de la mayor rentabilidad que la renta variable ha proporcionado históricamente.
En los anexos 1 y 2 se ilustra este concepto al mostrar la rentabilidad y la volatilidad de diferentes asignaciones de activos, es decir, de la proporción de activos de renta fija y renta variable en una cartera. Durante períodos móviles de 5 años, la volatilidad y la rentabilidad de una cartera compuesta solo por renta variable han sido, históricamente, superiores a las de una cartera integrada solo por activos de renta fija. Sin embargo, a los inversores a menudo les sorprende saber que, en períodos móviles de 30 años, las carteras con una mayor exposición a la renta variable registran una mayor rentabilidad media y una variabilidad de la rentabilidad similar a la de las carteras más expuestas a la renta fija.
Figura 1. Períodos móviles de 5 años
Figura 2. Períodos móviles de 30 años
* La desviación típica es una medida de riesgo utilizada para cuantificar la variación de un conjunto de datos numéricos respecto de su media. La desviación típica aumenta a medida que incrementa la variación de la rentabilidad de un producto. Por consiguiente, suele ser preferible una desviación típica más baja.
Fuente: Fuente: Global Financial Data (GFD), a 17/1/2024. Rentabilidades registradas en períodos móviles de 5 y 30 años, del 31/12/1969 al 31/12/2023. El rendimiento de la renta variable se ha calculado a partir del índice GFD World con reinversión de dividendos y se ha convertido a EUR. El rendimiento de la renta fija se ha calculado a partir del índice Euro-19 10-year Government Bond Return de GFD, denominado en EUR. Los tipos de cambio utilizados para el período comprendido entre el 1/10/1969 y el 31/12/2023 fueron facilitados por GFD. Los valores que proporciona GFD en lo relativo a la rentabilidad anterior a 1999 son hipotéticos, calculados a partir de las tasas de cambio de la unidad compuesta europea (ECU, por sus siglas en inglés), la unidad de cuenta europea (UCE) y la unidad monetaria europea (EMU).
Fisher Investments España opina acerca del enfoque de inversión descendente
Los inversores suelen creer que lo que más influye en la rentabilidad de sus carteras es la selección de las acciones. Por lo tanto, tiene sentido que quieran vender una acción que experimenta volatilidad negativa. No obstante, Fisher Investments España sostiene que los inversores, en lugar de centrarse en acciones individuales, deberían adoptar un enfoque descendente.
Un enfoque descendente consiste en prestar más atención a las decisiones relativas a la asignación de activos, los sectores, los países y el estilo en lugar de a la selección de acciones individuales (anexo 3). En opinión de Fisher Investments España, estas decisiones son las que, en última instancia, influyen más en la rentabilidad de una cartera. Fisher Investments España opina que, si el inversor analiza las tendencias más generales y toma decisiones sobre los tipos de sectores o estilos de acciones, puede filtrar del enorme mercado mundial de renta variable grupos más pequeños y analizar estos más a fondo.
Figura 3: Pirámide de la inversión con un enfoque descendente
Fisher Investments España considera que una acción individual debería desempeñar un papel específico en una cartera diversificada más amplia. Un principio central de la teoría moderna de carteras sugiere que la correlación entre los valores individuales que integran una cartera debe ser mínima, es decir, que deben comportarse de manera diferente en diferentes circunstancias. Por lo tanto, una cartera adecuadamente diversificada siempre tendrá un cierto porcentaje de acciones que no se comportan tan bien como otras. Si un inversor vende estas y se centra solo en las que arrojan las mejores rentabilidades, obtendrá una cartera concentrada que puede aumentar los riesgos innecesarios.
Históricamente, incluso los mayores inversores se han equivocado casi tan a menudo como han tenido razón. Por lo tanto, para el inversor a largo plazo lo fundamental es que su cartera se comporte bien aunque sus pronósticos sean incorrectos.
Fisher Investments España opina acerca de qué cuestiones hay que considerar antes de vender una acción
Si la volatilidad negativa o un mal comportamiento no son un buen motivo para vender, entonces ¿qué razones son válidas? En opinión de Fisher Investments España, los inversores deben considerar tres cuestiones antes de vender una acción: los motivos estratégicos, los motivos fundamentales y los motivos relacionados con el reajuste de la cartera.
Motivos estratégicos
Las decisiones estratégicas por lo general se relacionan con un cambio del punto de vista del inversor acerca de un sector, país o industria en particular y, por lo tanto, tienen poco que ver con la empresa en sí. Por ejemplo, si su pronóstico del mercado lleva a un inversor a creer que las empresas estadounidenses probablemente se comportarán peor que las empresas no estadounidenses, el inversor tendrá que vender algunas acciones estadounidenses para reposicionar su cartera y beneficiarse de esta tendencia. A nuestro juicio, este es el tipo de consideraciones que debería impulsar la mayoría de las decisiones de venta de un inversor.
Motivos fundamentales
Las razones fundamentales para vender una acción por lo general se derivan de factores específicos de la empresa y, a menudo, deben basarse en si la justificación para comprar acciones de esa empresa sigue siendo válida. Dichos factores pueden adoptar diversas formas. Imaginemos, por ejemplo, que un fabricante de automóviles dejara de fabricar coches por completo para centrarse en tecnologías sin conductor. Si bien técnicamente estaría contribuyendo a la industria automotriz, su modelo de negocio principal y la forma en que genera ingresos habría cambiado, de modo que sus acciones ya no se enmarcarían tanto en el sector de bienes de consumo discrecional, sino más bien en el de tecnología de la información. Si un inversor buscara exposición al sector de bienes de consumo discrecional, esta empresa ya no sería acorde con la estrategia general de su cartera, lo que podría ser una razón para vender sus acciones.
Tal vez un ejemplo más habitual sería una empresa que no ejecuta su modelo de negocio, por lo que sus acciones se desvían de las de sus homólogas. Ello puede deberse a la mala gestión, la pérdida de cuota de mercado, el aumento de la competencia y muchos otros factores. Sin embargo, como los mercados descuentan la información ampliamente conocida, es importante analizar cuidadosamente si el precio de la acción ya refleja esos factores negativos. La historia ofrece numerosos ejemplos de acciones que experimentaron descensos a corto plazo como parte de una trayectoria exitosa a largo plazo.
Reajuste de la cartera
Finalmente, puede que un inversor decida vender ciertas acciones o reducir su número para reajustar su cartera por motivos relacionados con la gestión de riesgos y no vinculados a factores estratégicos o fundamentales. Si una acción o un grupo de acciones crece más que los demás en una cartera diversificada, puede producirse una concentración excesiva. La venta de una acción o de partes de un grupo de acciones para gestionar este riesgo de concentración puede ayudar a mantener una diversificación adecuada de la cartera.
Si bien hay muchas razones para vender un valor, los inversores deben abstenerse de venderlo debido a la volatilidad del mercado y sus malos resultados. En opinión de Fisher Investments España, las razones estratégicas, fundamentales y relacionadas con el reajuste de la cartera son las principales cuestiones que los inversores deben tener en cuenta para evaluar cuándo vender un título. De esta forma, mantendrán un enfoque disciplinado de la gestión de carteras, fundamental para lograr sus objetivos de inversión a largo plazo.
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El presente documento recoge la opinión general de Fisher Investments Europe y no debe ser considerado como un servicio de asesoramiento personalizado en materia de inversiones o fiscal ni un reflejo de la rentabilidad de sus clientes. No se garantiza que Fisher Investments Europe siga sosteniendo estas opiniones, las cuales pueden cambiar en cualquier momento a la luz de nuevos datos, análisis o consideraciones. La información que figura en el presente documento no pretende ser una recomendación o un pronóstico de las condiciones del mercado. En su lugar, tiene por objeto esclarecer los aspectos tratados. Los mercados actuales y futuros pueden diferir ampliamente de los que se describen en este documento. Asimismo, no se garantiza la exactitud de ninguna de las hipótesis empleadas en los ejemplos contenidos en el presente documento