Recuerdan en la compañía que Ferrari es un valor anti recesión tal y como demuestran las cuentas de la empresa. Aunque sus beneficios cayeron en 2009, pronto se recuperaron para volver a niveles anteriores a la crisis.
En la parte alta del rango, la compañía saldría valorada a 10.800 millones de dólares, muy por encima de lo que algunos expertos creen que podría estar su valor objetivo y que está algo por debajo de lo que los directivos de la empresa habrían querido.
Con todo, la mayor parte de los medios afirmaban hace unos días que la oferta ya estaba sobre suscrita porque, por lo que parece, el éxito del roadshow ha sido mucho mayor del que su propio equipo de Fórmula 1 está teniendo en el campeonato.
Lo que da a entender esta gran demanda de títulos de Ferrari es que a nadie le importa –o eso parece- la valoración que se le está dando a la compañía. Recientemente un analista, Brian Hamilto, de Sageworks, decía al Wall Street Journal que “al precio más alto del rango Ferrari tendrá un precio razonable y podría ser una buena oportunidad”.
Por el contrario, unos días antes, Arndt Ellighorst, de Evercore, afirmaba en una nota a clientes que ha recogido Reuters que “en la parte media del rango del precios, el valor de empresa de Ferrari es de 3,8 veces las ventas de 2015 y 14 veces Ebitda”. Según los datos de la agencia, esas cifras se comparan con las 18,3 veces de Hermes y las 3,5 veces de BMW. La cuestión ahora es si consideramos a Ferrari como una simple marca de lujo o como una automovilística.
No es de extrañar que Ferrari se quiera considerar como una marca de lujo porque, realmente sale más rentable. Sin embargo Ellighorst decía que aunque Ferrari tenga potencial para aumentar con facilidad sus ventas desde 7.000 hasta 10.000 unidades en los próximos años, la cuestión a largo plazo es si realmente tiene más potencial de crecimiento que una empresa como BMW. Por eso el experto se pregunta que “los inversores deberían cuestionarse seriamente por qué Ferrari debería cotizar a 4 veces los múltiplos de BMW”.
En esa misma línea, Max Waburton, un analista de Bernstein escribía en una nota a sus clientes que Ferrari “es un negocio de bajo crecimiento y bajo free-cash flow que ofrece un retorno modesto mientras que tiene grandes costes de tecnología y enormes retos regulatorios”.
Aunque no parece que este sea el caso, lo cierto es que 2015 no ha sido un gran año para las empresas que han decidido salir a bolsa. Por primera vez desde 2011, la rentabilidad de las OPV’s en Estados Unidos en lo que va de año es negativa. (Por primera vez desde 2011 el retorno de las OPV’s en EEUU es negativo)
Por si fuera poco, el sector automovilístico europeo no pasa por su mejor momento después del escándalo de Volskwagen. Habrá que ver si eso pasa factura a la empresa en bolsa una vez que comience a cotizar.
Habrá que estar pendientes también de lo que ocurre con su matriz, FIAT. Según algunos analistas Ferrari podría representar alrededor de un tercio de la capitalización de la italiana. Y eso a pesar de que sólo genera el 13% de sus ingresos.
La evolución de Fiat podría ser muy importante para los inversores ya que el año que viene, la compañía pretende entregar una acción de Ferrari a todos sus accionistas, con lo que es otra forma de entrar en la enseña del Cavallino rampante. De esta forma se evitaría entrar en una compañía que los primeros meses de vida tendrá un free-float de solo un 10%.
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