El verano es la “época ideal para que los pacientes de enfermedades reumáticas practiquen ejercicios y deportes en entornos acuáticos, ya que tienen grandes beneficios en la mejora de la salud de las articulaciones y en el alivio del dolor”, según ha destacado el doctor Manuel Romero jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Córdoba.

El doctor Romero ha señalado que, con el incremento de las temperaturas propio de los meses de verano, es preciso que los pacientes con patologías reumáticas como, entre otras, la artritis reumatoide, la artrosis, la osteoporosis, la espondilitis anquilosante, y el lupus eritematoso sistémico, tomen medidas preventivas y de autocuidado para controlar sus síntomas y evitar complicaciones. Además, la fibromialgia es otra patología que también puede empeorar estos meses, por lo que ha hecho énfasis en la importancia de un ambiente tranquilo, descanso físico y, sobre todo, evitar situaciones de estrés.

Realizar ejercicio físico regular es beneficioso para mantener la movilidad y la salud articular, sobre todo en el caso de enfermedades como la artrosis y la artritis reumatoide, y la práctica de dicho ejercicio en el agua está indicada para los pacientes reumatológicos “al mejorar las articulaciones y repercutir en el ánimo muy positivamente”. Es importante que estos ejercicios acuáticos sean apropiados para cada enfermedad y siempre personalizados para cada paciente. Algunos de estos ejercicios recomendados son caminar en el agua, aquagym y estiramientos suaves en el entorno acuático.

El calor favorece a deshidratación, “lo cual puede agravar los síntomas de este tipo de enfermedades, por lo que es fundamental beber al menos 2 litros de agua al día, y evitar el consumo de bebidas alcohólicas y con cafeína, ya que pueden fomentar la deshidratación”, ha afirmado el especialista. 
Los pacientes que toman medicación para su patología reumática, “deben consultar con su médico si sería adecuado realizar algún ajuste durante el verano, puesto que algunos medicamentos pueden requerir una dosificación diferente debido a cambios en la actividad física o por la exposición solar, o por cambios en la propia enfermedad causados por el calor”.

Protección solar

El uso de protección solar es otra de las recomendaciones del doctor, que ha señalado que “algunos pacientes con enfermedades como lupus eritematoso sistémico, tienen una sensibilidad extrema al sol, conocida como fotosensibilidad, que puede agravar los síntomas y producir brotes de la enfermedad”. Además, la medicación de algunos pacientes puede aumentar dicha sensibilidad, por lo que “usar protección solar con factor de protección alto es imprescindible, así como evitar el sol en las horas centrales del día, eludir la exposición directa y usar ropa ligera, de colores claros y de tejidos naturales, sombrero o gorra y gafas de sol”.

El doctor Romero se ha referido también al control de la alimentación, sobre lo que ha destacado que una dieta equilibrada es esencial, con frutas y verduras frescas y de temporada, que son ricas en agua y nutrientes. Es preferible evitar las comidas pesadas y muy calientes y, en el caso de pacientes con osteoporosis, asegurarse de incluir alimentos ricos en calcio y vitamina D como productos lácteos, pescado azul, frutos secos, y verduras como el brócoli, ya que la vitamina D se obtiene principalmente del sol.

El calor puede agravar la inflamación en casos de artritis reumatoide y espondilitis anquilosante, siendo “crucial utilizar en casa ventiladores y, en menor medida, aire acondicionado para mantener un ambiente fresco”. En el caso de pacientes que estén planeando viajar, “deben asegurarse de llevar suficiente medicación y planificar el viaje considerando lugares con climas moderados, evitando destinos extremadamente calurosos en esta época del año”, ha aconsejado el doctor Romero.