La clave para mantener una buena salud durante el embarazo está en seguir una alimentación equilibrada, que incluya todos los grupos alimenticios, y adecuada a cada futura mamá, ya que repercute de manera directa en la salud materno fetal, y “huyendo de los mitos y falsas creencias sobre la nutrición en este período”, según ha afirmado la doctora Noelia Salas, ginecóloga del Centro Médico Quirónsalud Jaén, que cuenta con el Hospital Quirónsalud Córdoba como espacio hospitalario de referencia para garantizar la continuidad asistencial en caso de ser necesario.

La doctora Salas ha explicado que la nutrición juega un papel fundamental en la fase preconcepcional, durante el período de gestación y en la lactancia, “etapas rodeadas de numerosos estereotipos sin base científica que pueden generar confusión en las futuras madres, que es preciso desmentir para vivir estos meses sin miedos, para lo que han de consultar todas sus dudas al ginecólogo”.

En este sentido, ha señalado que la idea de que hay que comer por dos es uno de los falsos mitos más difundidos. La realidad es que no se trata de aumentar la ingesta, sino de garantizar los requerimientos nutricionales específicos durante este período. Otra falsa creencia, ha indicado la doctora, es que hay que evitar los productos lácteos como leche, yogur y queso, que, por el contrario, son excelentes fuentes de calcio y proteínas, esenciales para el desarrollo del bebé. Lo importante es “asegurarse antes de su consumo de que estén pasteurizados para evitar contaminaciones bacterianas”. 

Respecto al consumo de pescado, la doctora Salas ha afirmado que, aunque algunos tipos de pescado pueden contener altos niveles de mercurio, no todos deben evitarse, pues es una excelente fuente de proteínas y ácidos grasos omega-3 y 6, cruciales en el desarrollo cerebral del bebé. Los pescados bajos en mercurio como el salmón, las sardinas, el arenque y la trucha son seguros y recomendados en cantidades moderadas (de 2 a 3 porciones por semana). Lo que sí deben evitarse son los crudos, ahumados y con excesiva cantidad de mercurio.

Antojos

Los antojos son frecuentes durante el embarazo, pero no necesariamente reflejan una carencia nutricional, la mayoría se debe a cambios hormonales y no a una necesidad real. En cualquier caso, los antojos de alimentos no nutritivos como dulces o comida rápida deben moderarse.

Una creencia muy extendida es que se deben evitar todos los embutidos y carnes, pero pueden consumirse siguiendo ciertas precauciones para evitar la toxoplasmosis, enfermedad parasitaria que puede transmitirse a través de alimentos contaminados y que puede afectar al feto. Para evitarlo, en el caso de los embutidos, “debemos vigilar que tengan más de 18 meses de curación y que hayan sido congelados a -18 grados al menos”, y en las carnes “que se hayan cocinado a temperaturas superiores a los 70 grados”, ha explicado la doctora.

En cuanto al consumo de cafeína, la doctora Salas ha señalado que debe tener ciertos límites en el embarazo, no debiendo superar los 200 miligramos de cafeína por día (aproximadamente una taza de café). Sin embargo, es importante tener en cuenta que la cafeína también está presente en otros alimentos como el chocolate y algunos refrescos, por lo que hay que controlar su consumo pues niveles mayores pueden relacionarse con problemas de crecimiento para el bebé. 

La doctora Salas ha insistido en que las grasas saludables son esenciales durante el embrazo para el desarrollo del cerebro y otros tejidos, siendo importante incluir grasas no saturadas como las que se encuentran en el aguacate, el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado graso, evitando las grasas trans o excesivamente saturadas, presentes en alimentos procesados o fritos. El consumo de huevo es un tema rodeado de mitos dentro y fuera del embarazo a pesar de tratarse de un alimento muy nutritivo. Las futuras mamás “pueden y deben consumir huevo porque, además de su aporte en proteínas y minerales, contiene una sustancia llamada colina, fundamental en el desarrollo del sistema nervioso y cerebro del bebé, siempre comprobando que esté bien cocinado para evitar la salmonelosis”.

Por último, la especialista se ha referido a los suplementos vitamínicos sobre los que ha dicho que “aunque son importantes, especialmente para asegurar tener suficiente ácido fólico, hierro y calcio, no pueden sustituir a una dieta equilibrada, puesto que los nutrientes de los alimentos enteros se absorben de manera más eficiente y ofrecen otros compuestos beneficiosos, como antioxidantes y fibra, que no están presentes en los suplementos”.