Tras más de 17 años de vida, ¿cómo calificaría el crecimiento del negocio y equipo de iCapital en los últimos años?
Diría que hemos notado una aceleración del crecimiento muy notable en los últimos 5 o 6 años en relación tanto al volumen como al número de clientes. Y tiene cierto sentido porque llevamos muchos años en el sector, 17, y el hecho y la didáctica que supone explicar un modelo de negocio como el nuestro, tiene un periodo de maduración que es lento. En los últimos años hemos notado como un modelo como el nuestro tiene un enorme nivel de aceptación entre los grandes clientes a los que nos dirigimos y eso ha provocado, junto con la fase natural de crecimiento que llevamos, que el crecimiento sea formidable. En cuanto al equipo, va en la misma sintonía. Es verdad que actualmente somos 60 personas; durante 17 años alguien podría decirnos que vamos a un ritmo pausado pero yo diría que vamos a un ritmo prudente, porque sabemos lo importante que es la calidad del equipo en una empresa de servicios profesionales como la nuestra. Hay una seña de identidad que tenemos y de la que estamos muy orgullosos y es la bajísima rotación de personal. Durante 17 años solo tres personas han causado baja en la compañía y eso dice mucho del tipo de entidad que somos, de nuestro cuidado a la hora de realizar fichajes y de lo importante que es la calidad humana y profesional de la gente que contratamos. Es verdad que el crecimiento se ha acelerado muy notablemente los últimos años, muy especialmente el año pasado, donde entre el último trimestre de 2022 y el primero de 2023 hemos incorporado 14 personas. Pero eso creo que denota un poco cuál es la realidad del sector y el segmento en el que estamos, el asesoramiento independiente. Goza de muy buena salud y tiene muy buenas perspectivas.
Si nos ceñimos a 2023, ¿cómo habéis visto el ejercicio desde una perspectiva macro general? A nivel particular, ¿cómo ha ido vuestro negocio en cuanto a cartera de clientes y volumen bajo gestión?
Por la parte macro, diría que el año está siendo mucho más complejo de lo que la percepción para la mayoría de personas pueda parecer, porque existen una serie de datos macroeconómicos que pueden invitar a pensar que todo va bien: la sociedad en líneas generales mantiene su poder adquisitivo, el empleo está mostrando signos de enorme fortaleza... y aunque existen variables macroeconómicas que inciden directamente sobre nuestra vida, como la inflación, el incremento del precio de los alimentos, de la energía, carburantes, todo lo que tiene que ver con el tema hipotecario y tipos de interés, etc., fundamentalmente el empleo es el que está sosteniendo esa "falsa percepción" de que todo va perfectamente. Y esto evidentemente tiene una traslación respecto a los mercados financieros. Lo que ha ocurrido es que vivimos un 2022 de muy fuerte inflación y los bancos centrales se vieron obligados a tener que subir los tipos de interés de una manera muy agresiva. De forma razonable esa subida de tipos de interés debería haber provocado un deterioro más rápido de la economía que no siguiese incentivando pautas o comportamientos de consumo en familias y empresas que permiten o aceleran esa dinámica inflacionista. Eso no ha sucedido, o al menos no ha sucedido a la velocidad que se requería o que se esperaba, y ha provocado bastante sorpresa y desconcierto en las autoridades monetarias. El año pasado los mercados reaccionaron de una manera muy abrupta a la inflación e inicio de una política bastante agresiva de tipos de interés, y sufrieron notables pérdidas. Este año los mercados financieros han tenido comportamientos muy dispares. La renta fija hasta hace un mes y medio no ha tenido un comportamiento muy notable teniendo en cuenta el enorme descalabro que sufrió el año pasado. La renta variable ha tenido un comportamiento razonablemente positivo, pero sí que es verdad que en las últimos semanas, meses, estamos notando ciertos niveles de desaceleración que tienen bastante sentido a raíz de las agresivas políticas monetarias. Es decir, lo que estamos notando es que esa desaceleración va a continuar, vamos a ver muy probablemente los efectos de estas subidas de tipos de interés en muchas variables macroeconómicas, y aunque el relato comprado mayoritariamente por el mercado es el de un aterrizaje suave, nosotros creemos que todavía es muy pronto para comprar ese relato. Prevemos una desaceleración progresiva y muy probablemente podamos entrar en recesión a lo largo del año 2024, y si no lo hacemos muy probablemente la bordearemos. Esto necesariamente va a tener que ser recogido por los mercados financieros y probablemente nos lleve a un 2024 de mercados igual de complejo que el que estamos viviendo en el año 2023.
Respecto a nuestro negocio, diría que ha sido neutro e incluso positivo, porque tenemos un negocio de muchísimas capas de valor añadido donde a medida que los mercados son más complejos y requieren de mayor análisis y asesoramiento, un servicio como el nuestro cobra mayor importancia y el hecho de haber hecho un esfuerzo inversor tan notable como compañía incorporando 14 personas, ha provocado un crecimiento del negocio muy notable. Hemos tenido un primer semestre de lógica adaptación, aprendizaje y transición de todas esas incorporaciones, pero a medida que eso ha ido produciendo, los resultados y las captaciones han sido muy notables. Y lo más importante es que las perspectivas para los próximos trimestres los son aún más.
¿Qué activos funcionarán mejor en 2024?
Hemos tenido un proceso de fuerte inflación y los bancos centrales se han visto obligados a subir los tipos de manera muy agresiva para tratar de cortar o controlar esa inflación. En lógica, esas políticas deberían desincentivar el consumo y la actividad económica. Lo que se pretende con esto no es más que enfriar la economía. Si eso es así, lo normal es que la economía entre en una fase de menor crecimiento que, históricamente, casi siempre termina en recesión. El mercado ha comprado un relato de aterrizaje suave que rara a vez se da. Creo que en caso de entrar en una recesión no debería ser una recesión muy profunda ni muy severa, puesto que no hay grandísimos desequilibrios económicos; hay desequilibrios pero no tanto como los que, por ejemplo, teníamos en el periodo 2007-2008, y, por lo tanto, el escenario más pesimista no es un escenario catastrofista. En cuanto a las recomendaciones en estos entornos, nosotros llevamos bastantes trimestres prefiriendo la renta fija frente la renta variable, porque creemos que el binomio riesgo-rentabilidad está mucho más equilibrado, porque el entorno en el que nos encontramos ha cambiado radicalmente respecto a lo que teníamos hace tan solo 18 meses con unas políticas de tipo 0 y ausencia de rentabilidad para este tipo de activos, y porque es bastante probable que estemos en el pico de tipos de interés (mucho más cerca en Estados Unidos que en Europa). En esos entornos creemos que existen unas grandes oportunidades en el segmento de la renta fija y es muchísimo más interesante ahora mismo ser bonistas que ser accionistas. Por lo tanto, a nuestros clientes estamos recomendando prudencia, diversificación, largo plazo, pero también estamos insistiendo de la enorme y la gran oportunidad que hay en un mercado como la renta fija para empezar a construir carteras para los próximos tres- cuatro años.
Este 2023 habéis abierto dos dos nuevas sedes en España (Santa Cruz de Tenerife y A Coruña), y habéis inaugurado nueva sede central en Madrid. ¿Por qué en esas regiones?
Teniendo en cuenta cuál ha sido la evolución de nuestro negocio -en el último año hemos incrementado nuestros volúmenes en algo menos de 1.000 millones de euros para llegar a un volumen total de patrimonio financiero asesorado del entorno de los 3.200-, es evidente es que el crecimiento del equipo requiere de nuevas oficinas y de nuevas estructuras. En cuanto a las nuevas oficinas que abrimos a principio de año en Santa Cruz de Tenerife y La Coruña, el motivo de su apertura es el mismo que las otras siete anteriores. Tenemos una estrategia que tiene dos ramas. La primera es que tenemos una gran oficina en Madrid por eficiencia, por mercado, por historia, etc., y luego tenemos un montón de oficinas de proximidad, que nos permiten detectar grandes patrimonios que claramente están fuera del radar de Madrid, Barcelona o de lo que consideramos grandes urbes a nivel financiero. Y luego está probablemente el componente más importante, que son las personas. Cuando detectamos una persona que tiene la capacidad, formación, conocimiento y arrojo suficiente como para iniciar o meterse en un proyecto como este, nosotros también apostamos de una manera decidida. Esto es una empresa de servicios y, por tanto, es una empresa de personas. Nos gustaría tener más oficinas, por supuesto que sí. Nos gustaría abrir en Bilbao o Málaga, que son dos grandes objetivos, pero lo haremos cuando encontremos a las personas adecuadas. En el caso de Santa Cruz de Tenerife y de La Coruña, encontramos a dos magníficos profesionales y decidimos dar el paso de manera conjunta. En cuanto a la oficina de Madrid, el enorme crecimiento que tuvimos el año pasado fue lo que nos motivó a cambiar de sede y lo hicimos de una manera muy pensada y pensando muy en el largo plazo. Hemos hecho una apuesta arriesgada, pero hemos venido a unas oficinas donde los servicios están perfectamente integrados, hemos mejorado en imagen, en espacio, en capacidades, y hemos dado un salto acorde al crecimiento que hemos tenido, es decir, es un escalón más en la evolución natural de una empresa. En la actualidad somos 60 personas, nuestra vocación es de claro crecimiento y teníamos que poner las bases para que ese crecimiento no pasase por un embudo. Por ello, nos hemos trasladado a unas oficinas que nos permitan crecer durante los próximos 5, 6, 7 años. Y, sinceramente, estamos encantados con el cambio.
También habéis lanzado un nuevo servicio, LATAM Desk. ¿En qué consisten y qué perspectivas de negocio tenéis con él?
Este era un proyecto que teníamos en mente desde hace muchísimos años, pero no encontramos con la fórmula que, a priori, nos dejase lo suficientemente cómodos. Hemos hecho seguimiento de proyectos similares de competidores en la región y tenemos claro que era una zona de expansión natural de crecimiento por muchísimos motivos: porque los grandes patrimonios a los que nos dirigimos cobran una especial relevancia en una región como Sudamérica y porque esos patrimonios son un claro objetivo para recibir servicios de multi-familiy office como los que nosotros ofrecemos, pero es una región enorme, lejana y desconocida y había que hacerlo de una manera muy meditada. Lo que que hemos detectado en los últimos años de una manera muy acelerada, es que Madrid comienza a ser percibido como una ciudad dentro de una región que reúne todos los requisitos para ser hub para este tipo de inversores. Esa era la percepción que teníamos y que hemos constatado a raíz de haber contratado un equipo procedente de Miami y haber hecho distintas rondas por la región. Consiste en contratar profesionales con una amplia experiencia, que tengan la capacidad de poder hacer crecer el el negocio sabiendo que el centro de ese asesoramiento a estos grandes patrimonios se realiza desde Madrid. Desde Madrid podemos realizar una gestión global del patrimonio de cualquier inversor latinoamericano allá donde esté. Un sistema como el nuestro multi-depositaría nos permite tener una flexibilidad y una capacidad universal. Contamos con más de 54 depositarios y por tanto tenemos todas las alternativas, conocimientos y capas de valor posible como para ofrecer un servicio muy potente a todos estos inversores. Es verdad que dependiendo del país al que nos dirigimos, el concepto multi-familiy office en algunos países está desarrollado y en otros simplemente no han oído hablar de ello, por lo que las perspectivas son enormemente buenas. Nuestra andadura en esto es relativamente corta (apenas llevamos un año), pero la ilusión que tenemos y las perspectivas que estamos comprobando respecto a la potencialidad del mercado son extraordinarias.