Tan solo unas horas después, se publicó la decisión de la Fed- la primera de este año- que, al contrario que el dato de PIB, no sorprendió a los mercados. Su decisión fue mantener los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%, así como sus programas de compra de deuda por valor de 85.000 millones de dólares (62.620 millones de euros) mensuales. El precio del oro mantuvo sus ganancias durante la sesión asiática pero cayó durante la sesión de Londres, volviendo a cotizar por encima de los 1660 $ la onza, en un rango de cinco dólares.
A mediodía del viernes, se anunció que los empleos no agrícolas añadidos a la economía durante enero en Estados Unidos ascendían a 157.000. Analistas preveían 160.000 nuevos empleos. El precio del oro experimentó una subida tras conocerse el dato.
El Fix del viernes para plata fue de 31,43 $ la onza, reflejando una ligera caída semanal del 0.4%.
Como ya venimos diciendo, la clave de los ajustes en política monetaria está en el crecimiento económico. Un crecimiento económico flojo merma las posibilidades de una política monetaria más ajustada. Es por eso que datos como los de empleo no agrícola son tan esperados cada mes, a pesar de que son imprecisos y sujetos a grandes revisiones.
Esta semana otros datos económicos seguirán ayudando al mercado a determinar si el crecimiento económico se acelera o se ralentiza. Entre estos están los pedidos de fábrica alemanes, las ventas minoristas europeas, las decisiones del Banco de Inglaterra y del Banco Central Europeo sobre tipos de interés y la balanza comercial de Estados Unidos.
Según Ben Traynor, economista jefe de BullionVault, el mundo ha experimentado un boom de crédito que finalmente explotó. "Algunos de los daños ya se han sufrido, pero todavía quedan latigazos que dar. La idea de que las cosas están mejorando de forma lineal y constante está lejos de ser una realidad".