El dólar es fuerte y parece que lo seguirá siendo, además a cuenta de lo mismo: las decisiones y movimientos de la Reserva Federal. Eso quiere decir que los tipos seguirán subiendo a un ritmo como el de hasta ahora, pues seguramente no, pero ello no es excusa para que el repunte que hemos estado viendo en la relación EURUSD se mantenga en el tiempo.
Al menos ese es el sentir general de un mercado que ve como hay un antes y un después en ese repunte que está experimentando no solo estos días, sino también en el último mes, aunque se ha hecho claramente evidente, tras esa fortaleza que hemos visto en el billete verde desde que comenzaron las subidas de tipos en Estados Unidos. Ahora el dólar vuelve a caer, y se coloca en su nivel más bajo desde julio.
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Pero sin duda la piedra de toque ha sido el último dato, el de inflación en Estados Unidos que ha cambiado el sesgo y potenciado al euro más allá de la paridad, hasta superar en las sesiones precedentes el nivel de las 1,04 unidades.
La corrección real de los precios de consumo de forma además significativa y por encima de lo que esperaba el mercado ha sido un viendo de cola para el euro, con niveles del 7,7% tras cerrar el décimo mes del ejercicio en los precios en Estados Unidos frente al 8,2% de septiembre. Y sobre todo el dato subyacente que mejora en tres décimas hasta el 6,3% interanual. Aire fresco que ha penalizado al dólar, mientras el mercado entiende que las próximas subidas de tipos no serán tan agresivas y se romperá ese incremento progresivo y mensuales de 75 puntos básicos. Y a eso se suma el buen dato de ayer de la inflación mayorista que refrenda el camino de los precios a la baja.
Pero esta semana, lo que tenemos sobre la mesa son declaraciones de los miembros de la Fed, que van aclarando la situación. Y la primera no ha alentado a los inversores. Hablamos de las del miembro de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, Christopher Waller que llevaba este lunes a la estabilización del dólar en el mercado tras indicar que la Fed no está suavizando su lucha contra la inflación, a pesar de la mejora. Así los inversores consideran que la sobrerreacción al dato de la semana pasado ha podido ser, incluso, exagerada.
De ahí que no confíen en una progresión mantenida en el tiempo del euro frente al dólar. Mientras, en su gráfica de cotización vemos como la moneda única revive, tras tres sesiones consecutivas a la baja para el billete verde, con sus peores niveles desde hace casi cuatro meses. Así gana un 3,3% en la última semana mientras que, en el mes, los avances alcanzan un 5,53%. En el trimestre, también se torna en positivo, con alzas del 2,3% aunque, en lo que va de año recorta un 8,5%.
Desde Nordea, por ejemplo, consideran que la tendencia alcista del euro puede no tener continuidad, aunque sí en el corto plazo. Estiman que puede seguir subiendo hasta principios de diciembre, pero que, a tres meses vista ven el nivel de las 0,97 unidades como más realista en la relación entre ambas divisas. Consideran que la lucha de la Fed contra el IPC no ha acabado, por el elevado aumento de los salarios y la rigidez que todavía se mantiene en el mercado laboral.
Ya desde Goldman Sachs rebajan su pronóstico para el euro hasta las 0,94 unidades frente al dólar desde las 0,97 anteriores a tres meses vista, mientras que, para dentro de 6 meses, se coloca su visión de la relación EURUSD en las 0,97, y a un año en las 1,05 unidades, con menor fortaleza del dólar. La diferencia entre las perspectivas cíclicas y también de su política económica y monetaria entre Estados Unidos y la Unión Europea, se une a los riesgos crecientes de recesión que ven en la UE.
Por último, desde ING destacan que la paridad volverá a corto plazo entre ambas divisas, ya que, ahora mismo, el euro puede estar cerca de sus máximos a corto plazo, mientras consideran que ahora la relación se encuentra en un posicionamiento algo más equilibrado.