Es el acontecimiento del año y no sabemos si de mucho más y dentro del entorno de Ethereum es el acontecimiento más destacado de su corta histórica, o al menos uno de los más significativos. Se ha anunciado a bombo y platillo, incluso demorando fechas que será efectivo, si todo va bien, entre mañana y pasado.
Hablamos claro está de La Fusión, The Merge en inglés que para los no iniciados puede suponer un claro antes y después en la vida del comportamiento criptográfico del segundo activo del mercado. Hablamos de ese paso de Prueba de Trabajo al algoritmo de Prueba de Participación que hará más escalable y mejor a Ethereum.
Desde su reducción drástica, dicen que hasta un 99% en la energía que consume en sus transacciones, vital en estos tiempos en los que está por las nubes y con un claro abaratamiento de las operaciones, entre otras ventajas que se han puesto sobre la mesa. Como decimos una especie de segunda vida, más y mejor que redundará en su eficiencia. Pero la gran pregunta es si eso también elevará su castigada cotización en el mercado en lo que va de año.
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Y es que, si nos dirigimos a su gráfica de cotización y aunque el valor recupera claramente posiciones desde sus mínimos de mediados del pasado mes de junio, con un 90% de mejora, lo cierto es que su discurrir sigue siendo bajista, uno de los grandes quebraderos de cabeza de los inversores. Así al calor de La Fusión, gana casi un 5% en la semana, pero ya con recortes mensuales del 14,3%. En el semestre, sus caídas superan el 33,3% y, en lo que llevamos de año, lo cierto es que el activo recorta su precio un 54,3%.
Y no parece que todos estén de acuerdo en que la implementación de este paso fundamental implique necesariamente un aluvión de compras en el mercado. Es más, desde Bitmex, su CEO Arthur Hayes, destacaba estos días que, a pesar de ser optimista sobre el impacto en el precio del activo, a corto plazo, podría sufrir si hacen buena esa máxima del mercado de “comprar con el rumor y vender con la noticia” que se ha producido desde junio.
Y es que existen precedentes de que esto ha sucedido con los grandes acontecimientos del mercado. Así pasó con Bitcoin que llegó a su máximo de 65.000 dólares cuando en abril de 2021 Coinbase lanzo su OPV en el Nasdaq. Y después las caídas fueron más que significativas. También con el apoyo, en mayo de ese año, de Elon Musk en el Saturday Night Live, como nos cuenta cryptobriefing.com, a Dogecoin, que no ha vuelto a ser el mismo en el mercado.
En cuanto a la evolución de los indicadores técnicos que elabora Estrategias de Inversión destacar que su modo sigue siendo bajista con el recorte de dos puntos que dejan en apenas 1 la puntuación total sobre los 10 a los que puede aspirar el valor. Así solo muestra en positivo la volatilidad o rango de amplitud que se mueve decreciente tanto a medio como a largo plazo.
El resto a la baja, como la tendencia bajista en ambas vertientes para Ethereum, el momento total negativo, tanto lento como rápido a lo que sumar el volumen de negocio que, a medio y largo plazo, se muestra decreciente para el criptoactivo.
Por cierto, que uno de los cambios de La Fusión, es la desaparición, o, mejor dicho, el cambio de los mineros por stakers, aquellos inversores financieros que usan las criptomonedas para generar beneficios manteniendo su propiedad, por ejemplo, actualizan la cadena de bloques, y obtienen por ello una recompensa.
Así hemos conocido, según los datos de Nansen, existen cinco inversores que poseen el 64% de Ethereum antes de la llegada de La Fusión. Entre las cifras, que recoge cointelephaph, encontramos que algo más del 11% del total de Ether en circulación está staking, con un 65% de liquidez y un 35% de iliquidez. Hay un total de 426.000 validadores y unos 80,000 depositantes, según las cifras aportadas por esta plataforma de análisis blockchain.
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