Estos analistas explican la fuerte relación que ha habido históricamente entre la evolución del dólar y la de las materias primas. Desde mínimos de 2011, el US dollar index, el índice que mide la evolución de la moneda americana con respecto a una cesta de las principales divisas del mundo se ha apreciado un 33%.
En este sentido, en la firma apuntan que la fortaleza de la divisa estadounidense es particularmente preocupante, sobre todo ante la perspectiva de que la FED podría comenzar a subir tipos el año que viene mientras que el resto de los grandes bancos centrales del mundo podrían continuar con sus políticas de expansión monetaria. Es más, en su opinión, “el dólar está lejos de sus máximos históricos y que podría seguir apreciándose por un largo tiempo después de que la FE suba los tipos”.
Pero el único problema de las materias primas no se concentra en el dólar, sino que también está muy relacionado con la evolución de China. La caída de la demanda del motor asiático ha sido crucial; su exceso de capacidad provocado por la desaceleración de su economía ha supuesto un frenazo que ha acabado en desastre para los países productores de materias primas. Por lo que parece, además, no se trata de una tendencia que vaya a cambiar en los próximos años.
Es más, a esta circunstancia se le une la evolución de la divisa china, los analistas de BofA Merrill Lynch explican que “si el yuan cae hasta 6,90 contra el dólar, la presión bajista sobre las materias primas seguirá creciendo”.
Petróleo
Para los analistas, la evolución del precio del petróleo va a depender más de lo que ocurra con Arabia Saudí y su política de mantener las cuotas de producción en un escenario de exceso de oferta. Y eso a pesar de que el déficit del país árabe por la caída del precio del petróleo ha provocado una reducción importante de su reserva en divisas extranjeras el pasado año. En la entidad prevén que si el Brent llegara a caer hasta 30 dólares el barril, el drenaje de reservas podría acelerarse hasta 18.000 millones de dólares al mes, lo que añadiría más presión sobre su divisa –que en la práctica está fijada al dólar-.
¿Pueden mantener esta situación los saudíes? Los analistas dicen que “en nuestra opinión es improbable que los saudíes quieran exacerbarla y llevar el precio del petróleo por debajo de 40 dólares el barril”.
Cisne negro
Con todo, consideran en la entidad que un fuerte movimiento del yuan podría forzar un movimiento inesperado de los saudíes, como la desvinculación de su divisa al dólar, lo que sería uno de los principales “cisnes negros” para BofA Merrill Lynch en el sector del petróleo el año que viene.
Explican que “si los saudíes optaran por un recorte modesto que empujara a los precios por encima de los 50 dólares el barril el año que viene, los mercados emergentes podrían estabilizarse y recuperarse eventualmente.” En el banco creen que “si los saudíes no pueden evitar las fuerzas gravitatorias que ha creado la fortaleza del dólar y desvinculan su moneda para seguir las divisas de Rusia o Brasil, el petróleo podría colapsar hasta caer hasta 25 dólares el barril”.
Esto terminaría empeorando la situación de los mercados emergentes, por eso explican que “a pesar de que las dinámicas dentro del sector petrolero continúan mejorando, la evolución del petróleo en 2016 estará muy relacionada con el comportamiento del dólar, el yuan y el riyad”.
Con todo, los analistas consideran que el precio del Brent se moverá entre 55 y 61 dólares el barril entre 2016 y 2017.
Previsiones de BofA Merill Lynch
La siguiente tabla establece cuáles son las previsiones del banco para el resto de materias primas en los próximos trimestres.
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