Explican que las compañías europeas, al igual que ocurre con la bolsa de otras latitudes, se encuentra atrapada entre una mala evolución de los beneficios y una robusta evolución de la rentabilidad por dividendo, sobre todo desde hace algo más de un año.  Esto ocurre, dicen, porque los consejos de administración de las compañías han favorecido el aumento de la retribución del accionista.

En estos momentos y por varias razones, el diferencial entre la rentabilidad por dividendo de la renta variable europea y el de los bonos soberanos están en máximos históricos en países como el Reino Unido o Alemania.

Explican que en 2016 la evolución del crédito y la renta variable en Europa se han comportado totalmente diferente, lo que ha llevado el diferencial a máximos. En sectores como la banca el diferencial está en máximos desde la gran crisis financiera, lo que ocurre también en el sector petrolero.

Esto podría seguir pasando en el conjunto del año debido a la decisión del BCE de comprar crédito de empresas con grado de inversión.

¿Qué podría apoyar la renta variable?
En opinión de estos analistas, que no se produzca una recesión puede apoyar la evolución de la renta variable.  Además, en la firma esperan una mejora de la evolución del beneficio de las empresas europeas el año que viene.


Por eso a nivel sectorial recomiendan empresas que tengan un diferencial entre crédito y su acción igual al del mercado, que siga aumentado los dividendos. En su opinión, las mejores industrias son automóvil, bancos y telecomunicaciones.

Sus acciones favoritas son Allianz, BNP, Compass, Daimler, Danske Bank, Imperial, KBC, Kering, Roche y Vinci



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