- Con las caídas que está protagonizando el petróleo, ¿cómo ve la situación del mercado en este momento? ¿Cree que lo peor ya ha pasado?
El mercado está poniendo en precio una normalización de la economía dando por hecho una recesión en este 2020, con una caída del PIB global del 3% y una posterior recuperación en 2021 del 5% o superior… por eso la recuperación que estamos viendo en los mercados desde mediados de marzo. Puede que el mercado tenga razón, pero también que puede que esté subestimando en cuanto al consumo, porque es verdad que está volviendo el consumo en China pero es de productos básicos y no de los bienes duraderos y también el endeudamiento corporativo. Los bancos centrales están haciendo todo lo posible para evitar una crisis de liquidez, no la veremos como sí la tuvimos en el pasado pero probablemente se eleve el endeudamiento de las compañías. Esto va a hacer que muchas empresas sufran bajadas de su rating, lo que incrementa el coste de su deuda y en última instancia puede implicar una reducción de sus inversiones. Es difícil contestar a sí lo peor ya ha pasado porque estamos en una situación sin precedentes y cualquier escenario es posible. Nuestro economista jefe dice que es prematuro decir que el coronavirus vaya a tener efectos persistentes en el potencial del crecimiento. El golpe ha sido duro, pero la duración la vamos a medir en meses y no en años, y por supuesto no en décadas.
- ¿Qué estrategia están siguiendo los gestores de ODDO BHF en las carteras? ¿Cautela y calma? ¿O aprovechar las oportunidades?
Depende un poco del gestor y de la cartera de la que estemos hablando. En ODDO BHF damos mucha independencia a nuestros gestores, que busquen las mejores ideas de manera independiente. Creo que, en general, ha primado la cautela por eso nuestros fondos tanto de renta variable como fija lo han hecho mejor que sus índices de referencia y por delante también de su categoría, pero al tiempo también han aprovechado la volatilidad para identificar oportunidades de medio y largo plazo.
Nuestro director de inversiones está centrando el foco en ser ágil, adaptarse a la situación que cambia muy rápido en estos días. En nuestros fondos balanceados hemos tomado tres decisiones desde que vimos la brutal corrección de los mercados, que empezó en febrero hasta la mitad de marzo: llevar nuestra posición de renta variable hasta neutral, centrándonos en compañías de calidad con sesgo defensivo, en un segundo paso empezar a ponderar los bonos ‘high yield’ y ahora estamos en una fase de ver con el objetivo de incrementar peso a renta variable. Necesitamos que se den una serie de circunstancias para ello, que la curva de contagios empiece a declinarse a nivel global, que se levanten los confinamientos y se reabran las economías y que los indicadores económicos hagan suelo. Los gobiernos viven un tridilema: preservar los sistemas de salud, proteger las libertad individuales y reactivar la economía de una manera rápida. Si vemos que esto se va cumpliendo incrementaremos peso a renta variable.
- ¿Qué activos sobreponderan y cuales infraponderan en este momento?
Nuestro escenario central es que el crecimiento está muy impactado por el Covid-19, pero sólo de forma temporal. En Europa, el coronavirus está causando un impacto tanto del lado de la oferta como de la demanda y va a ser un lastre severo para la primera mitad de 2020. Sin embargo, las intervenciones de los bancos centrales y los gobiernos creemos que puede minimizar ese impacto. Y lo mismo vemos en EEUU. Con ese escenario central creemos que puede haber valor en renta variable y en crédito -renta fija corporativa- siguiendo una estrategia flexible y con coberturas.
- ¿Ve oportunidades en activos como la renta fija o fondos alternativos que descorrelacionen un poco del mercado?
Estamos viendo oportunidad en ‘high yield’, el aumento de los diferencias entre febrero y la mitad de marzo fue brutal y penalizó mucho a este activo y desde mediados de marzo hemos visto una recuperación que ha hecho que los diferenciales en puntos básicos bajen de 900 a 600 o 700, en función de las duraciones de los bonos. Creemos que este diferencial puede compensar el riesgo de impago, que sin duda los habrá pero no al nivel que hemos visto en el pasado. Los diferenciales actuales llevan implícito una tasa de impago acumulada a cinco años superior al 40%, esto no lo hemos visto nunca ni en la crisis de 2008. Creemos que con estos diferenciales y el apoyo de los bancos centrales en Europa y en EEUU es un punto de entrada muy interesante. En otras crisis también ha pasado que los diferenciales hacen pico en el primer trimestre y posteriormente los niveles se comprimen. Creo que el ‘high yield’ nos permite diversificar y con estos diferenciales encontramos valor con una visión a doce meses.