El interés en la inteligencia artificial generativa no ha parado de crecer desde la aparición de ChatGPT. Ya sea en búsquedas de Internet, noticias de prensa o incluso en las conferencias con analistas de las empresas, esta nueva tecnología se ha convertido en el principal tema de conversación. Y la Bolsa lo ha reflejado con un ejemplo muy claro: NVIDIA, fabricante de chips especializados que son cruciales para ejecutar modelos generativos de IA.

La gran pregunta que surge es evidente: ¿Están las acciones de IA en una burbuja? “Hasta ahora, el optimismo de los inversores no es tan alto como en picos anteriores en 2000 y 2021”, escribe el estratega de Goldman Sachs Research, Ryan Hammond, en un informe. “El nivel implícito de crecimiento de las ganancias a largo plazo que esperan los inversores ha aumentado al 11% anual. Eso está por encima del promedio a largo plazo del 9%, pero aún por debajo del crecimiento del 16% que se esperaba en el apogeo de la burbuja tecnológica en 2000 o el crecimiento del 13% implícito en los precios de las acciones en el apogeo del repunte posterior a Covid en 2021”.

De hecho, un ejercicio útil puede ser comparar el actual boom con otros hitos que supusieron un cambio radical en la tecnología.

El caso más reciente es quizás el lanzamiento del iPhone en 2007. Las acciones de Apple habían cerrado 2006 en un precio de 2,53 dólares y un año después habían subido un 134%. Aunque en 2008 sufrieron una caída del 57% en plena crisis financiera, el ejercicio siguiente se dispararon otro 147%. El resto es historia: los títulos del gigante tecnológico rozan ahora los 190 dólares y la capitalización bursátil supera los 2,90 billones de dólares.

Algo similar ocurrió con Intel o IBM en la década de los 80 con el lanzamiento de los nuevos procesadores que abrieron la puerta a la llegada de los ordenadores personales a los escritorios de todo el mundo.

Como otra forma de medir el optimismo del mercado, las estimaciones de los analistas son optimistas para las 10 grandes empresas tecnológicas actuales, pero muy por debajo de lo observado durante la burbuja tecnológica. Según estimaciones del consenso de los analistas, la gran empresa tecnológica obtendrá de media un incremento del 15% en las ganancias por acción a tres años vista. La cifra se compara con una media del 11% para el S&P 500 en su conjunto, pero está muy por debajo del 24% de crecimiento de las ganancias que los analistas predijeron en marzo de 2000.

Es más, las valoraciones actuales de las grandes acciones tecnológicas no están tan caras. Los 10 más grandes cotizan a 28 veces las ganancias, lo que “palidece en comparación con el pico de la burbuja tecnológica”, escribe Hammond. Las valoraciones de las 10 mayores empresas tecnológicas alcanzaron 52 veces las ganancias en 2000 y 43 veces a finales de 2021.

Próximas fases en la revolución de la IA

Los analistas de Goldman Sachs Research detectan hasta cuatro fases diferentes en el boom de la inteligencia artificial, encontrándonos todavía en la primera de ellas, la que se centra en NVIDIA.

En la segunda fase, la de la construcción de la infraestructura, se beneficiará no solo NVIDIA, sino en general diseñadores y fabricantes de semiconductores, proveedores de servicios en la nube, fabricantes de equipos informáticos y de redes, o proveedores de software de seguridad.

La Fase 3 se centrará en las empresas que incorporan IA en sus productos para aumentar los ingresos. Las acciones de software y servicios de TI pueden estar mejor posicionadas, según Goldman Sachs Research, y muchas de ellas ya han comenzado a describir a los inversores cómo sus herramientas permitirán a otras empresas utilizar la nueva tecnología de IA.

Por último, con el tiempo se puede esperar que la tecnología emergente de IA beneficie a empresas de una variedad de sectores que pueden utilizarla para aumentar la productividad.