Como ejemplo una reciente emisión de bonos verdes realizada por una compañía industrial de alto rendimiento:
- La emisión no exigía la existencia de una cuenta independiente para depositar los fondos destinados a usos verdes, por lo que dichos fondos habrían de depositarse en una cuenta corporativa común
- No se identificaban proyectos sostenibles concretos a los que destinar el uso de los beneficios, sino que se enumeraban una serie de proyectos ya en curso a los que dichos beneficios podrían destinarse
- La emisión no identificaba ningún umbral u objetivo ESG o sostenible concreto que el emisor tuviera que cumplir
- No se ofrecía un cupón creciente3 a los inversores en el caso de que los beneficios no se destinaran a proyectos verdes o los objetivos ESG no llegaran a cumplirse
- No se contempló un escenario de impago para el caso de que los beneficios no se destinaran a la financiación de proyectos sostenibles, por lo que no se creó ningún recurso para los titulares de los bonos, una vez emitidos
- En el momento de la emisión, calculamos que la prima de precio aproximada por invertir en este bono «verde», en relación con un bono tradicional del mismo emisor, era de unos 25 puntos básicos.
Comparación entre los bonos ESG y los bonos tradicionales
Para determinar hasta qué punto una inversión puede considerarse ESG, debe resultar posible aislar la influencia de los factores ESG manteniendo constantes el resto de factores de influencia.
Se trata de algo complicado de conseguir en el mercado de renta variable, ya que no hay dos compañías idénticas. Es muy difícil aislar las diferencias de cotización que son exclusivamente atribuibles a los factores ESG y comparar las valoraciones relativas en función de esta base tan limitada.
En el mercado de renta fija es diferente. En este mercado resulta más fácil evaluar las diferencias de valoración entre los bonos tradicionales y los bonos ESG si los comparamos en el marco de la estructura de capital de un único emisor. Resulta más fácil aislar la influencia de los factores ESG manteniendo constantes el resto de los factores que influyen en el precio de los bonos.
En Capital Group han construido un modelo para evaluar estas diferencias de valoración y han podido comprobar que los bonos ESG conllevan una prima de precio («greenium») que se traduce en una reducción del rendimiento de 4,1 y 3,1 puntos básicos en relación con los bonos no considerados ESG, según los datos que recogieron entre noviembre de 2020 y mayo de 2021, respectivamente.
En otras palabras: los inversores suelen obtener un rendimiento menor cuando invierten en bonos denominados ESG.
Integración de los factores ESG
No obstante, no todos los bonos ESG son iguales, y muchos de ellos ofrecen atractivas oportunidades de inversión. En el momento de redactar el presente documento, Capital Group invertía en bonos verdes por valor de casi 650 millones de dólares, según la clasificación de Bloomberg, procedentes de 65 emisores.
Pero el precio de los bonos ESG no es una cuestión sencilla y, como ya hemos comentado, su calificación ESG está sujeta a la interpretación de los emisores, lo que pone de manifiesto la necesidad de realizar un análisis minucioso antes de invertir.
El mercado de bonos ESG es aún relativamente pequeño en relación con el universo de inversión en renta fija. Es este amplio universo el que garantiza una amplia oferta de oportunidades en todos los entornos de mercado.
Por eso no nos centramos exclusivamente en la inversión en bonos considerados ESG, sino que optamos por integrar las cuestiones ESG en nuestro proceso de inversión (tal y como muestra el gráfico que aparece a continuación), lo que nos permite identificar a los emisores que se enfrentan a riesgos (y que ofrecen oportunidades) de forma amplia y exhaustiva en relación con los factores medioambientales («E»), sociales («S») y de gobierno corporativo («G»).
Al no centrarnos exclusivamente en los bonos ESG logramos evitar esta concesión de valoración. En su lugar, tenemos la oportunidad de utilizar el análisis fundamental de crédito de Capital Group y análisis exhaustivo en materia de cuestiones ESG para identificar las oportunidades a largo plazo en aquellos casos en los que el riesgo ESG no esté bien valorado por el mercado (es decir, que los inversores estén recibiendo una compensación excesiva por los riesgos) y se prevea que los emisores registren mejoras en el futuro.
En opinión de los expertos de Capital Group, este sistema ofrece la posibilidad de generar una elevada rentabilidad a largo plazo de forma constante, en relación con una estrategia que invierta exclusivamente en bonos ESG.