Esto no es una cuestión de fe sino de números y cifras desnudas. A pesar de eso, las interpretaciones son múltiples, con vasos medio llenos o vacíos dependiendo de quien los mire. En el caso del crecimiento de la economía española vemos que los avances esperados se colocan en el entorno del 5,5% al 5,8% para el presente ejercicio.
Hoy, que conocemos el crecimiento de 2021, nos enfrentamos ya a lo que nos espera en 2022. El FMI, el Fondo Monetario Internacional coloca la estimación de crecimiento para la economía española este año en el 5,8%, el mejor sin duda de la Eurozona, pero no olvidemos esa espada de Damocles que nos persigue: ese 10,8% que nos dejamos en 2020 por el camino.
Y sobre todo que vuelve a rebajar ese crecimiento desde el esperado 6,4% anterior a tenor de un menor nivel de crecimiento global, ante la llegada de ómicron que ha vuelto a frenar las expectativas de recuperación en todo el mundo. Si queremos consolarnos podemos pensar que ese avance, es el de mayor envergadura no solo en Europa, entre los grandes países, sino que también supera el crecimiento esperado de Estados Unidos, del 4% o de Japón, de un 3,3%.
El FMI nos recuerda que estamos en el tercer año de pandemia, marcado por las nuevas restricciones a la movilidad por el efecto virus y por la escasez de mano de obra en muchos sectores, mirando además de cara a la inflación, con demanda extralimitada y deuda récord.
Mientras desde BBVA Research, el servicio de estudios de la entidad comprobamos que sus estimaciones de crecimiento incluso se colocan por debajo de esos niveles: 5,5% que estiman crezca el Producto Interior Bruto Español en 2022. También con moderación del crecimiento global, pero con esperada ralentización de la actividad económica en este primer trimestre del ejercicio por el aumento de contagios.
Todo dependerá del impacto de la pandemia, por lo que podríamos crecer más, pero elevando la importancia de los riesgos en liza: la mayor inflación y la respuesta a esta situación por parte de los bancos centrales, mientras siguen poniendo el foco desde BBVA Research de la necesidad de acelerar la implementación de los fondos Next Generation EU, mientras que, a medio plazo, destacan, el sesgo va a depender de las reformas que se adopten.
Y muy pendientes de si podemos poner en valor la utilización de dos recursos todavía en stand by: por un lado, la utilización del ahorro embalsado y por el otro, la elevada capacidad productiva que tampoco hemos usado.
En Funcas, la visión también indica que la recuperación prepandemia se retrasa. Y que, previsiblemente, se alcance en el primer trimestre de 2023. Las estimaciones de crecimiento de la economía española para el presente ejercicio para la Fundación de las Cajas de Ahorros marcan el 5,6%. Todo a cuenta de una demanda interna cuyo potencial, de 5,2 puntos nada menos será el motor de este avance frente a las cuatro décimas que se espera aporte a ese PIB la demanda exterior.
Con todo ello, apoyado en los Fondos Europeos, con buenos datos esperados de inversión y construcción, esperan un repunte en el consumo de las familias por lo embalsado en la crisis y también mayor renta disponible, por la mejora del empleo.
Así, dice, compensará la pérdida de poder adquisitivo de los salarios por una inflación, que ven como el mayor riesgo encima de la mesa. Con previsión media del 3,7% en 2022, que, en su papel de expertos, en el que consultan a 20 organismos, baja al 3,5%, consideran que, de desviarse, se retrasaría la recuperación y provocaría un endurecimiento de la política monetaria por parte del BCE.
Sea como fuere, este crecimiento esperado de entre el 5,5 y el 5,8% según estos tres organismos se coloca más que lejos del 7% fijado por el Gobierno, inalterado en sus estimaciones. Habrá que estar pendientes por tanto de la evolución de la pandemia, del efecto inflación y de su presunto retroceso en la segunda parte del año, así como del efecto en la economía de la política monetaria a uno y otro lado del Atlántico.